miércoles, 26 de noviembre de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora.... Y Dios estaba allí.

 



               Monasterio de El Parral; al fondo el Alcázar. Segovia


Noviembre, 25 miércoles.


La Orden de San Jerónimo (monjes de ayer en tiempos de hoy) nació en España en 1373; el monasterio de Santa María del Parral se fundó, por el entonces príncipe, Enrique IV.

El padre de este linaje, San Jerónimo, dedicó parte de su existencia a la vida monástica. Es el primer monje de Occidente.

La Orden se extendió por España y Portugal. Albergó a más de tres mil religiosos, 46 monasterios y una de las más influyentes e importantes de España. Su disciplina, de las más exigentes.

La desamortización de Mendizábal los dilapidó. Malvivieron veinte años exclaustrados. Trataron de restaurarla en El Escorial y Guadalupe sin éxito.

En 1925, a solo diez años de la desaparición (en derecho canónico, cien años de inactividad implica su extinción) resurgieron en Santa María del Parral. Fray Manuel Sanz, su artífice. Hoy beato, fusilado en Paracuellos del Jarama, en octubre de 1936

Sobreviven a la guerra civil. Reaparecieron en San Isidoro del Campo (Santiponce, Sevilla, 1956), San Jerónimo de Yuste (Cuacos, Cáceres, 1958) y nuestra Señora de los Ángeles (Jávea, Alicante, 1964)

Falta de vocaciones, según ellos, y a las consecuencias postconcilares. En 1978 cierran Jávea y Santiponce; en 2010, además, por problemas económicos, Yuste. Solo sobrevive Santa María del Parral en Segovia.

Hace unos años decidí pasar unos días con ellos. De la experiencia… Cuando llegué el día alcanzaba su cenit. Hacía poco que había llovido. El Monasterio de Santa María del Parral está al otro lado de la ciudad conforme se viene de Madrid. Me pierdo por el camino. Pregunto y, cuando llego, un monje que sabe de mi venida, me abre las puertas. Paso bajo árboles centenarios.

 

... Solo piden silencio y si no se acude al refectorio, comunicarlo. La Liturgia de las Horas forma parte de su esencia. Once monjes a finales del siglo XX (cuando estuve, hace unos años, solo quedaban seis) y seis seglares (‘temporeros’).

Hace frío. Es noche cerrada. Bajo a Maitines. A las cinco y media comienzan los monjes el rezo del Oficio. La salmodia se repite. Son cantos de alabanza. Los religiosos ocupan el coro; al resto y, al mismo nivel, se le asigna lugar en la sillería

Cuando regreso a la celda es ya de día. “Pájaros todos del cielo, bendecid al Señor”. Éstos son obedientes.  Cantan, todos, (y alguno más que habrá llegado de otro sitio) en la alameda del río. En la lejanía arrulla una tórtola y se oye el tañido de una campana.

Pasados unos días dejé el Parral una mañana de sol radiante y cielo limpio. Encontré parte de lo buscaba. Alguien dijo: “somos viajeros en busca de la luz”. Pues eso.


(Pd. Apunte:  Una experiencia contemplativa con los Jerónimos de Santa María del Parral. Segovia.)

 

 

 

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