3 de septiembre.- Mi amigo Paco me tienta con una invitación a la exposición, “Tesoros Arqueológicos de Rumania. Las raíces Dacias y Romanas”. La abre el Museo Arqueológico Nacional el 1 de octubre…y, además, me dice: “En El Prado hay algo interesante. Ya te lo adelantaré… (y me deja en ascuas). Me pongo a cavilar. Aquí se junta aquello de que “el niño que era tragón y la madre que le achuchaba”.
Mis amigos Paco y Salustiano, (que ya habrá vuelto de Gandía) me han enseñado los barrios del Madrid castizo pateando sus calles. Hemos sabido de tabernas con sabor, de rincones especiales y únicos, de sitios escondidos a los que solo llegan los que conocen esos lugares… y además, quieren llevarte.
La primera vez que comí un bocadillo de calamares, fritos fue en Madrid, en El Brillante. Una noche antes de tomar el Express de regreso, en Atocha. Entonces yo era joven. Tres pesetas, por más señas. Un bollo largo, unas anillas asomando las alas y una caña de cerveza. Dice la prensa que en El Brillante – un emblema en la materia - en la Plaza de Carlos V, están de luto. La tragedia se ha pasado por sus adentros. Esta vida puñetera, a veces complica demasiado las cosas.
Dice el hombre del tiempo que el calor no se va… que vuelve y que esto de la Dana , “Depresión aislada en niveles altos”, ¡tiene tela el nombrecito y compañeros mártires! ha sido una manera de fastidiar a la zona de Levante, algo del interior (Madrid y Toledo), Murcia, Mallorca y parte de la Sierra de Cazorla. Una gota fría en toda regla. Diferencias de temperatura entre el agua del mar y la tierra y la gente que construye donde no debe y otros que no limpian lo que tienen que limpiar… Lo de todos los años.
Hay
una buena noticia. La Estadística, la más mentirosa de las Ciencias Exactas,
por aquello de quien se come dos pollos y el nota que no los ve, y va dice que,
uno cada uno... En este caso, la del mes
de agosto, cuenta que ha bajado el paro. Me alegro un montón por esas personas
que hayan podido ver aliviada su situación. Cuando pienso en gente con cierta
edad que no encuentran maneras de salir hacia adelante…¡Dios mío, Dios mío!
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