Uno de los genios más grandes
de la Historia del Arte, Miguel Ángel, era un hombre ‘aparentemente normal’
según unos estudios recientes. Pudo medir sobre 1,60 de altura, en aquella época
una estatura corriente.
La aparición de unos zapatos en
su casa dan a entender que no tuvo un pie excesivamente grande. Va en proporción
con la estatura. Según Vasari que publicó datos de su vida (1475-1564), un poco
después de su muerte, era ‘ancho de hombros’, ‘delgado’ y pudo estar aquejado de gota o de artritis,
enfermedades comunes entonces, incluso hoy. No hay que descartar que ese
calzado perteneciese a otra persona, que convivía con él en la misma
casa.
Miguel Buonarroti nació en
Caprese, Arezzo, en la Toscana bañada por el río Arno. Su vida fue muy longeva.
Alguien dijo de él que todo lo que hizo, lo hizo tan bien que aún hoy a pesar
de los años transcurridos, no ha sido superado: arquitecto, escultor y pintor.
Vivió en el Cinquecento y compartió gloria con otros artistas como Leonardo da
Vinci y Rafael Sanzio…
Como arquitecto dejó San Pedro
del Vaticano, edificado sobre la tumba de San Pedro y sede del Papa, Pontífice
Máximo de la Iglesia Católica. La magnitud de la obra, sobrepasa a todo lo
soñado y está rematada por una cúpula excepcional en cuanto a dimensiones,
belleza y majestuosidad.
La Capilla Sixtina es su máximo
exponente en la pintura. Sus discrepancias – es el primero que pinta desnudos
en las iglesias - con el Papa Julio II no solo no quitaron impacto a toda la obra
sino que lo incrementó. Las Creación del mundo, más un paso por lo recogido en
la Sagradas Escrituras, están sobre las cabeza del Colegio Cardenalicio cuando
tienen que elegir al sustituto de Pedro y representante de Cristo en la Tierra…
Pasar por la escultura de Miguel
Ángel obliga a pararse delante del Moisés (San Pietro in Vinculi), la Piedad,
donde María sostiene a Jesús, entre sus brazos, muerto (Basílica de San Pedro,
a la entrada, a la derecha) o en el David (Galería de la Academia de Florencia)
con la belleza del efebo transmitida con una viveza que asombra y sobrecoge.
Miguel Ángel murió con 88 años cumplidos. Está enterrado en la Basílica de la
Santa Croce, símbolo del arte florentino. Comparte panteón con Maquiavelo,
Dante, Galileo…, entre otros.
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