jueves, 30 de septiembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pedro (3)

 



                                                               PEDRO (3)

 

                                                                  (viene de 2)

 

 Santiago el viejo,  preguntó si quería que su mujer les hiciese un café de ‘cebá tostá’, que es lo que hay…

- No, no, respondió. Seguimos la ruta.

Cuando se fueron los guardias, Santiago les dijo que siguieran aventando, “no sea que se vuelvan, del lobo ni un pelo”, y así estuvieron hasta la caída del sol.

Cuando Juana vio a los guardias civiles en la era, cortó las tomizas que ataban el fardo en el que les tenía preparado un avío con tocino en salmuera.  Rápidamente lo desbarató.  Puso el tocino otra vez en el lebrillo grande, como si nada.  Luego, vació el saco con los panes en la troje del pan y los cubrió con el paño blanco que de uso ya amarilleaba y sacó los dos quesos de leche de cabra echados en agua y sal, de la talega de muselina…, por si se les ocurría entrar en la casa y hacer un registro.

Oscurecía, el cielo estaba de color malva, anaranjado y rojizo. Preludiaba calor para el día siguiente. Juana  volvió a empaquetar el tocino en el fardo, los quesos en la talega y llenó el saco con los panes.

-         Santiago, le dijo Taboada, mientras los habares en las tierras de Los Cabritos y la Alcubilla han tenido pipas en las  vainas, hemos tenido comida. Ahora, ya no hay nada. El otro día le dimos un mal rato a las dos muchachas del cortijo de La Cuesta. Llegamos a media tarde. Desde lo alto del cerro de enfrente, vimos que no había nadie en la casa. Estaban solas. Llegamos con sigilo. No ladraron los perros. Les dijimos que no las íbamos a molestar y que solo queríamos comida…Nos dieron de lo que tenían. Cuando una de ellas notó que la punta del cañón de mi fusil tocaba en su costado, se le puso la cara blanca como de una muerta… Le dijimos que, una hora después de que hubiésemos traspuesto por lo alto de la loma, dieran ‘parte’ para que no tuvieran ningún problema…

-         Taboada, le dijo Santiago, la próxima vez venid menos gente hasta la casa. Los demás que no pasen de la cuesta del pozo. Nos pueden estar viendo desde lejos. Ya sabes… ‘Ni de la ropa que llevas puesta’.

-         Lo sé, dijo el hombre, pero ya sabe usted lo mala que es la jambre…

            (Continua…)

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario