PEDRO (2)
(viene de 1)
“Se presentaron de sopetón. Los
civiles aparecieron, recalcó, de pronto”. Venían sudorosos los caballos y los
hombres. Las armas enfundadas en las culatas de las caballerías, los pies en
los estribos, los tricornios de tela llenos de polvo, la boca seca…
Santiago el viejo, los vio venir por la realenga. Mandó a la gente que
cogieran rápidamente, los bieldos, y se
pusieran a aventar…
-
Pero si no hay marea, comentó Taboada.
-
Tú avienta y no rechistes…
Hacía calor. Era de esos
primeros calores del verano que se pega en las costillas y hace que el sudor
brote en la frente. No se movía nada de aire. La paja subía al cielo y caía
sobre el mismo sitio mezclada con el grano.
Santiago se adelantó al
encuentro con la Guardia Civil, un poco más allá del borde de la era, donde
echaban las granzas y junto al almiar que comenzaba a formarse. El jefe del
departamento era un hombre grueso, de cuello corto y acento de otras tierras. Lo
saludó. Santiago, le devolvió el saludo. Luego, antes que el guardia comenzase
a hablar, le comentó que aunque no hacía marea, había puesto a los moreros a
aventar. Tengo un par de parvas esperando, confirmó. Estamos sacando la cebada
que viene más temprana, y espera el trigo… No me fío, dijo, de esa gente,
pueden venir en cualquier momento o de noche, y pegarles un mixtazo… Ya se
sabe.
El guardia asintió. Santiago
hablaba y hablaba. No le dejaba pegar hebra. Era una manera de demostrarle que
allí el amo era él y en su casa…
La gente – Taboada, Goro,“el Colorao”, Juanillo, “el de la Loma”, Alonso, “el Gato”, Miguel, “García”… y los otros (hasta ocho) simulaban no hacer caso a los
recién llegados, ni que escuchaban nada. Le preguntó el guardia si últimamente
había visto por allí a la gente de la Sierra. Lo negó. “Tengo a mi hijo
apostado en la ventana de la cámara, sin
quitar ojo del Puerto de Jevar – dijo con convencimiento – porque tienen que
entrar por allí…”
-
Desde luego, ratificó el guardia, y si ves algo raro, avísanos con alguien de
confianza. La gente de orden en estos casos, ya sabes…
-
Claro, claro.
(Continúa…)
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