sábado, 25 de septiembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Baece

 

 

 

                                     

                                  
                                                            Foto. Juan Gil Pérez

El Pago Rural con ese nombre se extiende al pie del monte Hacho, en su ladera  oriental. De su subsuelo nacen varios manantiales aunque de poco caudal que se aprovecha, principalmente para riegos. Linda al Norte, con La Viñuela, Los Pechos de la Villa y el arroyo Hondo; al Sur, con Las Lomillas; al Este, con la pista de Confederación Hidrográfica y al Oeste con el Monte Redondo de donde baja el arroyo que tiene el mismo nombre.

Recibe su nombre de un personaje histórico, el alcaide de Álora, ‘Ali ben Falcun el Baeci’ que ocupa el penúltimo puesto de los musulmanes que desempeñan el cargo de alcaide de la fortaleza.

Enrique López de Coca y Castañer en “El Reino de Granada (1354-1501)” dice que: “Otro alcaide, el Baeci, de Álora, debió de ser dueño de amplios términos por una doble razón: la primera porque fue capaz de ofrecer mil doblas de oro por su rescate, tras haber sido capturado en la batalla de Lopera en 1483, la segunda, porque un extenso pago rural de Álora, que luego será repartido entre diversos vecinos cristianos, lleva su nombre.

A raíz de su cautiverio, fue canjeado en 1484,  por Juan de Robles, alcaide y corregidor de Jerez de la Frontera, en poder de los nazaríes desde la rota de la Axarquía.

Después de la Guerra de Granada, el desventurado alcaide sufrió nuevamente el triste destino del cautiverio y la servidumbre como esclavo de Luis Méndez de Figueredo, alcaide de Morón de la Frontera, quien lo vendió a su vez a doña María de Acuña, mujer de Juan de Robles, su dueño en 1494, en que se pierde el rastro.

Uno de sus escuderos, Abenfalcón, aparece citado como propietario del cortijo de Rafán, entre Casapalma y Álora, cuya extensión superaba las 250 ha. Estos datos son más valiosos todavía por lo que insinúan acerca de la existencia de aristocracias locales, señoras de grandes propiedades y capaces, por tanto, de dirigir, y controlar la vida agrícola de sus respectivas comarcas”.

Estas tierras fueron repartidas entre diversos vecinos cristianos después de la Conquista. En el Libro del Repartimiento aparece como ‘El Baeci’. “Quedale una huerta en el pago del Baeci a Luy de Puerto Carrero”. Las tierras de cultivos se están ocupando por viviendas de segunda residencia. En su suelto se construyó en 1997 el Cementerio Municipal. La primera inhumación fue la de Inés Cardosa García.

 

 

1 comentario:

  1. Me gusta mucho Pepe. Veo que tu información es muy exhaustiva y compartida, de lo que alegro y benefio

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