Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Álora, cal de embrujo

 

                                               

 

Porque es un espurreo escapado de la Vía Láctea y se deja ir tierras abajo conteniendo el aliento, refrenándose, acurrucándose en la cal que se hace poesía en sus calles.

Porque se acerca a los precipicios con la tranquilidad de quien se sabe dueña de sus actos, y se contiene y se encierra en sí misma, y entonces, solo entonces, es cuando ofrece como gotas de perfume su encanto.

Porque no se acuerda desde cuándo se dio por subirse a las alturas,  trepó y trepó casi por encima de Las Chozuela para asentarse a los pies de El Hacho y otear  horizontes y ver cómo el sol, cada mañana, le da los buenos días desde los cerros de enfrente, o sea, desde los Lagares.

Porque desde allí, cada tarde ve como el sol se va por el Monte Redondo camino de otras tierras lejanas, al otro lado de la Mar océano, y que llaman América.

Porque son una y dos y cientos de pinceladas  esparcidas por la ladera  desde El Chinar, desde el Cerro del Calvario, desde otro cerro, el de las Viñas, desde ese albaycín nuestro, recóndito y embrujado, de cante y misterio que se llama el Barranco, o desde ese otro capricho de la arquitectura que se llama el Cerrillo, “el cerrillo de poco pan”, y el otro…

Tierra de ensueños, la que está en par del río – que la canta el Romance - , la que ve cómo las nubes unas veces se columbran cuando traspasan las moles naturales que la rodean, o toman la forma de tul desvaído para esparcirse por su cielo…

En el horizonte lejano, El Torcal, mole caliza que corta los vientos que vienen del norte y cuando la cosa se pone muy fiera, entonces él, se los queda y se viste con una manto blanco -blanco de nieve-  para que desde la lejanía,  hacer que sientan envidia de él, sin saber que allí, precisamente allí, la nieve se torna cal en sus fachadas….

Y porque es eso, espuma de cal blanca, se ofrece a la vega, la liba y perfuma, se hace esencia y aroma. Saca un pañuelo blanco para decir adió al río que viene de lejos ya presto a entregar su tributo al mar caracoleando como un requiebro de copla…

Ella va se apresta a hacer realidad su ilusión  de vivir un Año Nuevo.