Luis Eduardo Aute, tocó muchos palos del arte, pero al que a los
muchachos de entonces nos movía por sus canciones era como cantautor, se nos
fue el pasado abril, pero nos dejó una
canción en la que nos iba pintando España, de una u otra manera, según su
sentir y ver las cosas. El la llamó Así es mi tierra…
Hablaba de gente que bebía en la
Semana Santa, de un lugar donde la gloria es muerte cuando la fiesta es brava…
Vio a Venus con sonrisa de gitana, y nos pidió que los sueños nos llevasen
hasta África: “imagínate, dijo, una tierra donde África es hermana”.
Probablemente, Aute no había
visto el Atlas en las tardes dulces de mayo, cuando los camiones subían por la
Cuesta de la Reina y los muchachos dábamos repaso y más repaso a aquella
traducciones de Cicerón, Tito Livio Patavino, Horacio, Ovidio, Julio César…
“De Senectute”, la “Ab
urbe Condita”, el “Beatus Ille”, la “Metamorfosis” o las “ De
bello Gallica” y “De bello civile”…, permanecían inmóviles en las
páginas del libro, mientras la vista del muchacho miraba en la paz de la tarde,
como al otro lado del mar se elevaban las montañas, poniendo una nota tan
especial al crepúsculo, que aquella visión no se iba a olvidar nunca.
Un muchacho de entonces, se hizo
grande, y probablemente, sin tantos latines sobre su mesa, una tarde plácida de
estos primos días de invierno, vio como muy lejos – tan lejos como entonces -
de su ventana, seguía el Atlas allí donde siempre, entre la serenidad del mar y
el cielo placido…
Las montañas no querían saber, y
si lo sabían, se hacían las desentendidas, que en esa ‘cerúlea tumba’ extendida
a sus pies, de fondos negros por la oscuridad de la profundidad, cientos de
personas, niños, mujeres y hombres que huían del hambre y la miseria, ya reposarían allí para siempre…
Un cementerio permitido por otros
hombres hipócritas, que prefieren su hedonismo ante el dolor que aprieta y que
intentan adormecer sus conciencias con palabras edulcoradas. Un cementerio
permitido por los que tienen que tomar decisiones de justicia y no las toman,
ni allí, ni aquí, sabedores que los problemas no se resuelven con represiones,
sino con decisiones justas… “Imagínate una tierra donde África es hermana…”
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