domingo, 3 de enero de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. África

 

 

                                          


 

Luis Eduardo Aute,  tocó muchos palos del arte, pero al que a los muchachos de entonces nos movía por sus canciones era como cantautor, se nos fue el pasado abril, pero nos dejó  una canción en la que nos iba pintando España, de una u otra manera, según su sentir y ver las cosas. El la llamó Así es mi tierra…

Hablaba de gente que bebía en la Semana Santa, de un lugar donde la gloria es muerte cuando la fiesta es brava… Vio a Venus con sonrisa de gitana, y nos pidió que los sueños nos llevasen hasta África: “imagínate, dijo, una tierra donde África es hermana”.

Probablemente, Aute no había visto el Atlas en las tardes dulces de mayo, cuando los camiones subían por la Cuesta de la Reina y los muchachos dábamos repaso y más repaso a aquella traducciones de Cicerón, Tito Livio Patavino, Horacio, Ovidio, Julio César…

De Senectute”, la “Ab urbe Condita”, el “Beatus Ille”, la “Metamorfosis” o las “ De bello Gallica” y “De bello civile”…, permanecían inmóviles en las páginas del libro, mientras la vista del muchacho miraba en la paz de la tarde, como al otro lado del mar se elevaban las montañas, poniendo una nota tan especial al crepúsculo, que aquella visión no se iba a olvidar nunca.

Un muchacho de entonces, se hizo grande, y probablemente, sin tantos latines sobre su mesa, una tarde plácida de estos primos días de invierno, vio como muy lejos – tan lejos como entonces - de su ventana, seguía el Atlas allí donde siempre, entre la serenidad del mar y el cielo placido…

Las montañas no querían saber, y si lo sabían, se hacían las desentendidas, que en esa ‘cerúlea tumba’ extendida a sus pies, de fondos negros por la oscuridad de la profundidad, cientos de personas, niños, mujeres y hombres que huían del hambre y la miseria,  ya reposarían allí para siempre…

Un cementerio permitido por otros hombres hipócritas, que prefieren su hedonismo ante el dolor que aprieta y que intentan adormecer sus conciencias con palabras edulcoradas. Un cementerio permitido por los que tienen que tomar decisiones de justicia y no las toman, ni allí, ni aquí, sabedores que los problemas no se resuelven con represiones, sino con decisiones justas… “Imagínate una tierra donde África es hermana…”

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario