Sentado en las escalinatas de la
mezquita mayor comparte consigo mismo, aislado de todo lo que le rodea,
silencio y desolación. Se seca el sudor, abatido. Hamete el Cordí, alcaide del
castillo de Álora, tiene la cabeza en ebullición. No sabe qué hacer, qué
decisión tomar. Él que nunca pensó – aunque se lo temió – que se vería en una
situación como la que vivía aquella tarde que ya apuntaba a verano…
Recordaba como una mañana de Rabi
al-Awwal, tercer mes del año, muy temprano llegó al castillo en su corcel negro,
Omar, el de la Atalaya. Sudoroso, la voz entrecortada. Le previno que venía un
ejército fuerte, muy fuerte. Más fuerte
que ninguno de los que hasta entonces habían venido.
-
Desde Castro del Río, Alcaudete, Sevilla, Estepa y
Córdoba. Jinetes, lanceros, peones, hombres de a pie…El mismo Rey y lo más
florido de la nobleza, agregó, según me ha dicho mi criado Zaid, informado por
un primo suyo de Arxiduna. Traen armas mortales que las llaman, lombardas,
pasavolates y ribadoquines…
-
Hins Alura, - le contestó - no se ha rendido
nunca, Omar, y estos también caerán ante nuestras murallas…
Se asentaron en el cerro de
enfrente. Ocuparon el Cerrillo y el Chinar. Con el primer disparo volaron parte
de la muralla. Hicieron un portillo enorme. Los hombres se aprestaban a
cerrarlo con adobe. Cundió la zozobra.
Al tercer día, un segundo disparo derribó las torres albarranas por cima
del Tajo de la Qera… No era un asedio como el de otras veces. Todo el castillo
estaba rodeado…
Hamete supo que Abdel, Jalal y
Samir – a sus espaldas – habían ido, de
noche, a parlamentar con el Rey Fernando (Rey aragonés, consorte en Castilla por la
Concordia de Segovia, la Reina estaba en Córdoba donde le informaron, después, de
la conquista)… Le dolió la traición. Los llamó, y los tres se enfrentaron a él
alegando que no podrían resistir lo que se les venía encima. Es más, le espetaron
“¿Qué vale más un castillo sin hombres o unos hombres sin castillo? Se revolvía
en sus adentros. ¿Qué pensaría Alí ben Falcun el Baezi, cautivo desde la
batalla de Lopera?
¿Tendría que haberle hecho caso a
Omar, el de la Atalaya? Ahora, desolado, solo, con una parte de la población ya
derrotada, se preguntaba qué sería de toda aquella gente e de las casas
e viñas, e huerta e colmenar e tierras de pan llevar”.
ROSAS
FERNÁNDEZ, Alejandro. Arch. Particular. 2020
LÓPEZ
DE COCA Y CASTAÑER, Enrique. El Reino de Granada (1354_1501)
MORALES
GARCÍA, José, Geografía e Historia de Álora 2017,
BEJARANO
ROBLES, Rafael. Repartimiento de Málaga en tiempos de los Reyes Católicos.
Málaga 1971
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