Hay aspavientos de mirlos en la huerta. Mi presencia los ha
asustado. Esta mañana, por arte de birlibirloque, han salido aleteando entre la
frondosidad. Estaban asustados.
Dentro de muy poco los granados
alfombrarán el suelo de hojas del color de oro viejo. Aún no les ha llegado el
tiempo. Se maduran las granadas del
vallado. Cada vez tienen un color más sensual. Están rosáceas por fuera y
dentro, esas perlas ahítas apretadas unas contras otras que nosotros llamamos granos
están casi maduros. Chorrean azúcar.
Su corona – la granada es la
única fruta coronada – tiene casi curvos los dientes punteros. Eso, indica, que
muy pronto van a estar a punto. Me lo dijo un viejo que sabía mucho del campo y
a quien yo siempre prestaba atención a lo que me enseñaba…
En una ocasión, me apuntó,
cuando veas la nube de Alcalá, esa que se forma, en las tardes de calor, entre El Torcal y la Sierra del Valle, que es
como un coliflor grande, primero, de color blanco y, luego, al poco tiempo,
gris oscuro… pues dentro de un rato, si se une con otras, tronará. Eso es una
seña de tormenta segura…
Yo le pregunté si en el campo
había algo seguro. Me contó que nunca hay dos años iguales, pero hay señas que
no fallan nunca. ¿Ves? Me apuntó a la Sierra de Mijas, - que estaba de azul
radiante – si aparecen las gatitas – nubes blancas que juegan al escondite –
antes de tres días cambia el tiempo… O agua o viento.
Me enseñó, también, que cuando
va a venir una tormenta los animales se muestran nerviosos. Las vacas las
primeras que detectan la electricidad en los cuernos y los mulos están muy
inquietos. Las cabras dan bandazos sin sentido y, de pronto, se echan a correr
o se arremolinan entre ellas como
dándose protección ante algo que se le viene encima.
No me dijo nada de los mirlos
espantados y cacareantes. No me dijo nada de otras cosas pero sí sabía cuando
ladraban los perros por las noches si labraban a una zorra que venía de
cacería, a otro perro que transitaba por allí o es si es que venía alguien por
el camino… y, cuando el autillo, está ahí, en la casuarina y emite esos
gruñidos, entonces, los niños se tienen que dormir porque hace rato que ya es
de noche…
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