martes, 3 de septiembre de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Síndromes






La palabra en sí ya resulta un poco rara. Dicen que  es ese que viene cuando la gente vuelve al trabajo, o sea el síndrome postvacacional. Afecta a un montón de españoles. No se encuentran nada a gusto ni con el trabajo, ni con el vecino de enfrente, ni con el jeque Al-Thani, ni consigo mismos…

Todo es cuestión del color del cristal y esas cosas que se dicen. Hoy han publicado las estadística del paro. Publican que agosto ha sido un mes malo, que ha subido el paro porque a mucha gente le han cortado el contrato y por no sé qué cosas más. Estoy equivocado. Pensaba que eso se reflejaría en la estadística del mes siguiente. Ya ven, ni zorra.

Como a la gente le gusta hablar de números van y dicen que el pasado fin de semana en el aeropuerto de Málaga – acaba de cumplir cien años – se realizaron más de 1700 operaciones de vuelos y se suspendieron cincuenta por culpa de la huelga y han movido a más trescientas cincuenta mil persona…

El chuavinismo de una provincia cercana, bueno de la provincia no, del informador que daba la noticia de una trascendencia tan grande, que uno se pregunta, a veces,  cómo es posible que cada mañana salga el sol sin que le consulten a él. A lo que iba, la noticia daba a conocer a la opinión pública que debido a los conflicto laborales del personal de una línea aérea se había suspendido el vuelo a Barcelona… ¡Tal cual! Palabrita del Niño Jesús que no quito ni pongo nada.

Dicen también – hoy va la cosa de estadísticas  - que en los países ricos muere más gente de cáncer  que de corazón. Ya ven. La maldita enfermedad (todas las privaciones de salud son malditas, no hay que confundirse aunque unas más que otras) que tiene hasta el nombre feo es insaciable.

También han hecho público que más de quince mil personas - ¡vaya tino con la cuenta! – en España están enganchados al alcohol y son candidatos (se puede usar el femenino sin ningún tipo de machismo) a una muerte segura. Los demás, los que no bebemos, tampoco nos vamos a escapar pero esos son otros lópeces.


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