lunes, 16 de septiembre de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Gurugú nuestro





El Hacho es a nosotros como el Gurugú a Melilla; el Pan de Azúcar a Río; el Moncayo a Aragón, o el Monte Igueldo a San Sebastián. Bueno, para que no se pique nadie o como el Sacre Coeur a París…

Rara vez tiene puesta la mantilla, o sea, coronado de nubes. Si está,  agua segura. Las borrascas vienen del Estrecho; dejan lluvia. Hay otra manera de llover. La que viene de la mano de las gotas frías. Eso no es lluvia; es mala leche.

Si el día está claro y en invierno, a lo lejos, en línea recta, Sierra Nevada. Su blancura la delata. Desde el Monte Redondo – solo un poco desviado, a la derecha, y por donde se va el sol cada tarde, si no hay bruma, abajo, la Bahía de Málaga. Esa por la que el Maestro Alcántara veía los barcos venir. Esa, esa.

 El Hacho tiene muchas caras diferentes: un cuchillo abierto, una meseta en forma de trapecio, un semicirco… A veces, la erosión juega con la roca y aparecen figuras caprichosas: un búho, un perro que mira al cielo, o una puerta que podría ser la puerta de una iglesia.

Cuando las sombras quieren, en ocasiones, puede aparecer la mismísima efigie de Gizeh, o un Buda gigante sentado que agita los brazos para llamar la atención desde la lejanía. Cuando niños, en una oquedad veíamos los pulmones de Señor,  ahora, de grande, me pregunto, y porqué  éramos tan enrevesados viendo esa cosa tan rara si nunca habíamos visto los pulmones de nadie, vamos, digo yo.

Subir por el Sabinal  y  los Cortigüelos es un paseo largo y agradable; si se faldea, desde la Fuente de la Higuera, muy placentero; si se sube por La Viñuela del  Soldado pone a prueba la capacidad física y si se hace por el ‘Cuchillo’ lo que pone a prueba son las gónadas cuando, abajo, se ve el vacio. Todo, cuestión de gustos.

A la bajada, si se quiere, como a pedir de mano, Málaga,  a 40 km.; Madrid, quinientos y pico; a más 6.600 Nueva York; El Cabo de Buena Esperanza, 11.565; el Cabo Norte, donde si se da un paso al frente, al agua, 5.414…, pero ya se sabe, eso si se dispone de tiempo, y si no, un chorizo al infierno y un Carbonell, en El Madrugón… Háganme caso, - porque todo eso lo he probado - no es mal consejo.



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