En Cataluña no quieren que los
libros de texto hablen de los Reyes Católicos; en Canarias que se mencionen los
ríos como lugares de asentamientos humanos, y en otra, en la nuestra, que se
incluya el tambor rociero como instrumento musical.
Algunas editoriales
de libros escolares cuando no había legislación reguladora cambiaban
parte del texto para que el libro apareciese como obra nueva. Oigan, una sinvergonzonería… Sé de de lo que
hablo. Ahora, se quejan por las trabas que les ponen. Otra sinvergonzonería.
Hace unos años mis hijas me
regalaron por Reyes la colección de Enciclopedias Álvarez que comenzaba con
‘Parvulitos’ y, luego, los Tres Grados donde nos desarnaron aquellos maestros
ejemplares - ¡entrañable don José Oropesa!- sin que nos traumatizásemos…
Al año siguiente, la
Enciclopedia de la República. Como soy muy curioso sobre una pierna me puse una
– la Álvarez de Tercer Grado – y en la otra, la de la República. Comparé temas: monarquía,
religión… Oigan, una gozada ¡con qué exquisitez, con qué objetividad, con qué
ponderación, los trataba la Enciclopedia que yo obviamente no conocí. Claro, en
aquel tiempo, entre otros fue Ministro de Educación un tal Marcelino Domingo,
¿les dice algo?
Los conocimientos amplios –
cuanto más mejor - dan una satisfacción enorme. El Transiberiano llegaba a
Novosibirk. Aparece el río Obi… Me estaba reencontrando a un viejo amigo al que
no venía hacía un montón de años…
El Madrid de gira por Brasil.
Carniglia, entrenador, da un menú obligatorio, Juanito Alonso, portero, pide
una tortilla de patatas. Le dicen que imposible. Don Santiago Bernabeu se
percata del asunto, pregunta: “que Alonso quiere una tortilla de patatas”. Don
Santiago no se inmuta. Se dirige al delegado, “y yo, otro portero, mañana, en
el primer avión para Madrid”. ¿Adónde mandamos a algunos políticos?
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