viernes, 20 de septiembre de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ambos dos




Hoy hace quinientos años. El 20 de septiembre de 1519 las naves:  Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago ven por última vez tierra europea, en Sanlúcar de Barrameda, antes de comenzar una de las hazañas más grandes hasta entonces conocidas. Iniciaban – sin ellos saberlo – la Primera Vuelta al Mundo.

Fernando de Magallanes, portugués nacido en  Sabrosa, le presenta un proyecto a su rey, Manuel I. Le propone buscar una ruta alternativa a la Ruta de las Especias navegando hacia el Oeste. No le hacen caso. Le autoriza a negociar con otros ‘posibles compradores de la aventura’. En Valladolid firma las  Capitulaciones, o sea, las condiciones con Carlos I, el Emperador.

En Sevilla se concentran los componentes de la expedición. Llevan de todo lo posible –hasta una vaca que les diese leche - para subsistir en una expedición que iba a durar un cierto tiempo. Es el 10 de agosto de 1519, poco más de un mes anterior a partir.

Entre los componentes se embarca uno que sabe mucho de mar. Es vasco. Había nacido en Guetaria – curiosamente  murió, cuatro años después de completar la hazaña, en 1526, en el Pacífico, lo que viene a decir, que la aventura iba en sus genes -. Se llama Juan Sebastián Elcano.

Desde el Sur de Brasil  exploran tierras  desconocidas. Todas las naves caen, por una u otra causa, en la travesía. Solo la nave Victoria volverá, después de haber descubierto, el Estrecho de Magallanes, en la Patagonia, donde ven  el fuego de San Telmo, árboles, pájaros y animales nunca jamás vistos. 
Hambruna, escorbuto, sublevaciones, penalidades. Antonio Pigafetta narra el viaje .Curiosamente no nombra en ni una sola vez a Elcano.

En la isla de Mactán luchan contra los nativos. Muere Magallanes y nombran a Elcano, jefe de la expedición. Atraviesan el Índico, bordean África. Tres años, después, llegan a Sanlúcar, continúan viaje hasta Sevilla. El 8 de septiembre de 1522 desembarcan en Sevilla, “en camisa, descalzos con cirios en la manos y en procesión van a la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y a la capilla de la Virgen de la Antigua en la Catedral”.

 Había partido unas expedición de 239 hombres; vuelven 18; un puñado de fantasmas.

El rey concede escudo y título a Elcano: “Primus circundidiste me” (El primero que me diste la vuelta).  Algo inaudito, único… A eso se le llama hazaña.




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