La Herradura es ensenada pequeña. Es arco que se asemeja y
toma nombre de la protección del casco del animal. Es abrigo natural, a los pies de Cerro Gordo,
según mires a sol naciente o poniente de los temporales de levante y de eso te
pueden hablar los que gobiernan redes en el rebalaje, y una lápida
conmemorativa de una tragedia. Otra de las tantas de las que este mar sabe. Mar
azul, espumas de olas y, a lo lejos, muy lejos el horizonte…
Los hechos ocurrieron por octubre de 1562 cuando, en el reinado
de Felipe II, una escuadra navegaba de Málaga al Reino de Nápoles. Se levanta
un temporal. Buscan refugio al amparo de la Punta de la Mona. Cambia de
súbito el viento. Chocan unos contra otros. En el naufragio mueren - según los
papeles viejos en las crónicas del XVI - más de cinco mil personas.
En
bronce, el escultor granadino Miguel Moreno reflejó la dureza de los que se
juegan la vida, -ahora y antes- mar
adentro, y levantó, con la cara quemada por el sol y brisa, en monumento al
‘Hombre de la mar’.
Si
te giras sobre tus pasos, levanta la mirada. La Sierra de Almijara es
imponente. Recorta casi siempre un cielo azul. La sierra está mucho más allá de
donde los hombres han levantado urbanizaciones con casas impersonales que
quieren tener estilo propio pero unas encima de otras…
Entre
la sierra y el mar el progreso ha construido una carretera moderna. Es la
autovía. Salva quebradas, barrancos, torrenteras… Horada los montes y hace
túneles que acortan las distancias. El hombre, cultiva la tierra palmo a palmo:
aguacates, magnos, guánabas, papayas, chirimoyos, litchis, guayabas, níspolas,
pitaya… ¿No lo sabías? Éste es un lugar único en Europa.
Si
antes de partir decides dar un paseo por la playa, ármate de zapato apropiado:
la arena es de medio a gruesa hacia arriba. O sea, una puñetera que se hinca en
la planta de los pies, y luego ya sabes: ampollas, fiebres, quemaduras y lo que
ocurre con estos percances…
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