Septiembre huele a
nardos y a Virgen de Flores; a piar de abejarucos, que van y vienen en tardes
largas y plomizas de este final de estío. Hay una columna de nubes de tormentas
por las sierras lejanas.
Esta
tarde me he ido, por el Hacho, con Andrés y Paco. Hemos dado un paseo largo.
Dejamos el coche en la coronación del Puerto. Primero, a la derecha, hacia el
Monte Redondo; luego, hacia la coronación del monte. Entre el columbrar de las nubes y el aire de
levante las hojas de los pinos han cambiado de brillo y de tonalidad varias
veces. Se olía a tomillo, a campo. Está
crecido el esparto. Se han secado los cardos.
Comenta
Andrés que no se escuchan pajarillos. Hay
un silencio raro. Esos silencios de vacíos en que los pájaros por se sabe qué
extraña razón de se quitan de en medio. Parece que se ocultan en las ramas de
los pinos, entre las oquedades de las areniscas que ha horadado el viento.
Al
llegar a la cumbre un grupo de gente joven se prepara para saltar en parapente.
Bromeamos. Piden algún voluntario que les acompañe en el salto. Declinamos la
invitación. Mejor para otro día. Es un espectáculo ver cómo luchan en la salida
contra el impulso del viento… Luego, el vacío. Todo bajo sus pies es inmenso….
Paco se acerca al borde del precipicio. Paco es quien está más en forma de los
tres. Siento como se agarra en la garganta el vértigo…
Lo
de la Dana en la zona de Levante aún colea. He leído que un Director General de
no sé qué se fue al teatro en plena hecatombe; una alcaldesa, a una despedida
de solteros (a lo mejor hay que escribir, solteras. No sé. Estoy confundido)
también cuando la gente se las andaba con el barro casi en la cintura…
Regresamos adonde el coche. Dos aventureros, con caravanas espléndidas nos preguntan si pueden
aparcar allí. Piensan pasar la noche. Les decimos que no sabemos… Están los
olivos con ramos de aceitunas. Piden
ordeño. En la televisión leen la sentencia contra esa pobre mujer que ha sembrado
tanto dolor en las almas de la gente normal. No sé qué va a decir el Jurado. La sociedad
tendrá que apartarla. Gente con la mente
así...
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