sábado, 5 de mayo de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las nuestras: Antoñita Moreno



  

Nació en La Puebla del Río, a orillas del Guadalquivir, se bautizó en Sevilla, recorrió toda España con la su copla y se fue a vivir, buscando las brisas del Mediterráneo, a Alicante.  Antonia Moreno Valiente,  una referencia en la Copla de mediados del siglo XX en España. Fue distinguida con el Lazo de Isabel La Católica.

Saetera excepcional, con catorce años, en la Puerta de la Carne de Sevilla cuenta que recibió uno de los mejores piropos de otra mujer que vivía la Saeta como nadie, la Niña de la Alfalfa: “Oye niña, como sigas cantando así nos vas a mandar a todos los albañiles”. Siguió la línea de las grandes: Doña Concha, Lola, Juana Reina…

Antoñita Moreno cantó todo el folclore de España: Sardanas, asturianadas, jotas – a las que reconocía una especial dificultad y manifestaba que se precisaba de algo especial para cantarlas -  o el fandango, encasillándose, de manera más especial, en la copla.

En su familia – marcada por la tragedia, cinco de los seis hijos murieron muy pronto, sobreviviendo solo ella - vivió el arte desde pequeña. Su abuelo, director del Orfeón, su padre, natural de Cazalla de la Sierra, Guardia Civil, era un gran aficionado al cante que, además, lo interpretaba con sumo gusto y su madre, con una voz portentosa, también tenía un gusto exquisito.

Desde niña tuvo formación musical. Sus padres la apoyan, aconsejan y animan. Realiza estudios de piano, guitarra y mandolín. El Maestro Mezquida la introduce en la Copla y con el Maetro Pinto estudia canto. Eloisa Albéniz esposa de Arturo Pavón, hermano de “La Niña de los Peines” y Tomás Pavón, le enseña baile, lo que hace de ellas una artista muy completa.

Con quince años ya estaba en el Teatro Calderón de Madrid. Participó en un sinfín de películas, en algunas con papeles estelares.  Después montó compañía propia. Empresaria de éxito recorrió toda España con espectáculos que eran de gran aceptación entre el público de aquella época... Ya antes había calado en Orson Welles que se la quiso llevar a EE. UU. Era otro tiempo. Su camino, otro. Una de las grandes, una de Las Nuestras.




   

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