Llueve. Lo dice el hombre del
tiempo. Avisa de colorines en no sé cuántas provincias. Cuando yo era joven,
los colorines solo se empleaban en las carreras de cintas a caballo o en
bicicletas. Era algo común en las verbenas de entonces. Alguien puede pensar que
hablo del Antiguo Testamento, más o menos.
Ahora sabemos del peligro de
las alertas por no sé qué color en el mapa. Y por si fuese poco, también hablan
de granizo y tormentas y ventoleras locas de esas que se llevan las macetas de
las ventanas y arrancan persianas y chapas y antenas… Vamos, una gozada.
No viene bien el agua en mayo
tardío. Hace daño. Ya, espigados los trigos. Los racimos de uva asoman entre
pámpanos verdes. Dan gloria bendita los garbanzales. Son de un verde oscuro y
profundo como el verde de la Esperanza Macarena cuando mira de esa manera con
que solo miran las Vírgenes de la Esperanza.
El agua deja mal al refranero.
Por otros sitios dicen ‘como agua de mayo’. Eso es para lugares tardíos de
Castilla la de los páramos y alcores, la de las lomas pardas y tierras de
calma, la de orillas de ríos de aguas
profundas y misteriosas, para esa Castilla que hizo una cosa que se llamó
España y que ahora se empeñan en destruirla…
Aquí, en Andalucía, al campo lo
hace el mes de abril. Ese de las bruscas por la tarde y amapolas en las lindes,
ese de olivares entramados ofreciendo su fruto como el cielo estrellado ofrece
puntos luminosos para que los de la tierra sueñen.
Ahora, cuando suenan los
goterones en los cristales – repiqueteo morse al alcance de la mano - y el campo está abierto en un compás de
espera, como aguarda el maestro, de
rodillas, en la puerta de chiqueros a
que salga lo que tiene que salir y que viene desde lo más hondo de la oscuridad,
ahora, el campo teme el pedrisco inoportuno, el vendaval que revuelca espigas,
el oidio que lo ahiña todo…
Cantaban esta mañana los
pájaros. Me acuerdo del romance…”Que por mayo, era por mayo / cuando hace el
calor / cuando los trigos encañan / y están los campos en flor… No. No quiero
agua en mayo, pero ya se sabe, manda Otro…
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