domingo, 20 de mayo de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Benito



Tiene la estatura proporcionada para no ser ni alto ni bajo. La medida exacta de los españolitos, niños en los años cincuenta del siglo pasado,  que comían pan con pringue en el desayuno,  aceite con un espurreo de azúcar en un hoyito de pan para la merienda,  y  sopas – sopas perotas - al mediodía…

Quiero decir que Benito –Benito Moreno López -  no viene de la generación ‘del yogur’. No.  Benito supo en su niñez de lo que era el mundo que lo rodeaba. Se crió en la Plaza Baja – luego le pusieron, de la Despedía – y conoció que en su barrio no sobraba, precisamente, la ‘abundancia’.

Se hizo hombre. Comenzó muy pronto a destacar. Niño de buen gusto. La voz tomó el camino del tono grave. Benito, voló de la sombra de su abuelo. Se hizo así mismo, en la vida y en el cante. Su puesto, indiscutible, su saber hacer y su manera de comunicarse con el público lo pusieron en un lugar donde han llegado muy pocos en un pueblo donde tiene en su esencia impreso el ser ‘Cuna de la Malagueña’.

Benito  en sus actuaciones, salió solo lo preciso del ámbito local, lo ha bordado: Pau (Francia) Barcelona… Eso de que la buena ropa en el arca se vende, le perjudicó. Se refugió siempre en la timidez del artista, porque es un hombre introvertido y con miedo escénico.

Tuvo, además, desde muy pronto, un problema añadido. Eso que los médicos dicen qué la producen pero no saben qué es ni cómo combatirla: la alergia. Se le presentaba en los momentos más insospechados, le mermaba y, a veces, casi le hacía enmudecer.

Su voz potente, la medida de los tiempos, el ajuste a la esencia del cante y la métrica en la dicción le ha llevado a ser uno de los grandes cantaores por Malagueñas, y ahora, entre los cantaores vivos, ocupar el primer lugar sin nadie que se lo dispute ni desde lejos.

La Peña Flamenca de Álora le ha tributado  un homenaje. Emotividad, cariño… a  rebosar. Prolegómenos y ausencia de la mesura en el tiempo como suelen hacer los flamencos en sus cosas. “A Benito Moreno, Grande entre los grandes, cantaor  puro y profundo, Benito ¡Perote!” Reza en el pedestal de un pequeño recuerdo ofrecido por sus amigos “Perotes por la Perosia”. La madrugada dio cobijo a los asistentes…




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