Tiene la estatura proporcionada
para no ser ni alto ni bajo. La medida exacta de los españolitos, niños en los
años cincuenta del siglo pasado, que
comían pan con pringue en el desayuno,
aceite con un espurreo de azúcar en un hoyito de pan para la merienda, y sopas
– sopas perotas - al mediodía…
Quiero decir que Benito –Benito
Moreno López - no viene de la generación
‘del yogur’. No. Benito supo en su niñez
de lo que era el mundo que lo rodeaba. Se crió en la Plaza Baja – luego le
pusieron, de la Despedía – y conoció que en su barrio no sobraba, precisamente,
la ‘abundancia’.
Se hizo hombre. Comenzó muy
pronto a destacar. Niño de buen gusto. La voz tomó el camino del tono grave.
Benito, voló de la sombra de su abuelo. Se hizo así mismo, en la vida y en el
cante. Su puesto, indiscutible, su saber hacer y su manera de comunicarse con el
público lo pusieron en un lugar donde han llegado muy pocos en un pueblo donde
tiene en su esencia impreso el ser ‘Cuna de la Malagueña’.
Benito en sus actuaciones, salió solo lo preciso del
ámbito local, lo ha bordado: Pau (Francia) Barcelona… Eso de que la buena ropa
en el arca se vende, le perjudicó. Se refugió siempre en la timidez del artista,
porque es un hombre introvertido y con miedo escénico.
Tuvo, además, desde muy pronto,
un problema añadido. Eso que los médicos dicen qué la producen pero no saben
qué es ni cómo combatirla: la alergia. Se le presentaba en los momentos más
insospechados, le mermaba y, a veces, casi le hacía enmudecer.
Su voz potente, la medida de
los tiempos, el ajuste a la esencia del cante y la métrica en la dicción le ha
llevado a ser uno de los grandes cantaores por Malagueñas, y ahora, entre los
cantaores vivos, ocupar el primer lugar sin nadie que se lo dispute ni desde
lejos.
La Peña Flamenca de Álora le ha
tributado un homenaje. Emotividad,
cariño… a rebosar. Prolegómenos y
ausencia de la mesura en el tiempo como suelen hacer los flamencos en sus
cosas. “A Benito Moreno, Grande entre los grandes, cantaor puro y profundo, Benito ¡Perote!” Reza en el
pedestal de un pequeño recuerdo ofrecido por sus amigos “Perotes por la
Perosia”. La madrugada dio cobijo a los asistentes…
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