No hay nadie. La playa tiene las arenas finas.
Esparcidos, cerca de donde dejan de andar las olas, algunos guijarros, restos
de cañas, troncos, objetos; el mar lo devuelve todo. Hasta el rebalaje llegan
las olas; es un morir lento, suave. Es una entrega de rendición; ya todo está
hecho.
Hay un zurcido de espumas blancas y onduladas y un
murmullo lejano de un ir venir constante. Camino solo. Son horas largas. Se va
la tarde. El sol se hunde en el horizonte; entre la bruma la Sierra de Mijas A
lo lejos, pero muy a lo lejos, un barco. El barco es grande. Parece quieto…
La playa en las tardes de invierno es un lugar de
recogimiento. Ha pasado en vuelo lento una gaviota; luego, otra. Vienen más.
Van de retirada. Mueven, con un suave, movimiento la cabeza. Buscan, miran,
siguen su vuelo lánguido.
No hay marengos reparando redes. Están varadas las
traíñas. Algunas tienen nombre de mujer: ‘Lola’. Dentro de un rato se harán la
mar. Las traíñas no se alejan de costa en las faenas de pesca. Sus faros atraen
a los peces. Son luces pedidas en la oscuridad de la noche.
Aparece un hombre con un perro. El perro es negro.
Corretea delante del hombre. El hombre lleva en su mano la cadena con que lo
sujeta; ahora, el perro corre en libertad. No sé que persigue en su carrera
alocada y sin rumbo; da dentelladas al viento. El perro valora su momento.
Un poco más adelante dos hombres han clavado las
cañas en la orilla. Los hombres pescan peces diminutos. Seguro que son
pececillos incautos. Picarán en sus anzuelos. Están sentados en sillitas
plegables. Son sillitas viejas; oxidadas y con la lona sucia. Se cubren con un
sombrerillo. Las cañas no son rectas; están curvadas por el tiro del sedal y
del anzuelo.
Se levanta un poco de fresco. Regreso al coche. La
radio informa…; pago la radio. Pongo un CD Rigtheous Brothers, ‘Desencadenando
melodías’, Ghost…
Ese paseo vespertino tuyo, lo hago cada mañana a mas de mil kilométricos de ahí Como sabes, antes lo hacía por la montaña del Garraf, pero este itinerario de ha vuelto peligroso. Ya no son solo jabalíes los que puedes encontrarte, sino lobos, que llegan desde la Sierra del Collserola y con esos, ya sabes que pocas bromas...El mar es el mismo, las olas - mas bravas - hacen el paraíso de los surfistas, que realizan cabriolas sobre sus débiles tablas. Mientras, el naciente sol pugna por vencer la niebla matinal y riela sobre la superficie del mar sobre el que la vista, se extiende siguiendo la costa, hasta Barcelona...
ResponderEliminarHoy he tenido que leerlo dos veces porque no sabía si lo leído era lo entendido o algo se había borrado en la mente, pero ese paseo es placer, anda, y para terminar una música que embelesa.
ResponderEliminarHoy he tenido que leerlo dos veces porque no sabía si lo leído era lo entendido o algo se había borrado en la mente, pero ese paseo es placer, anda, y para terminar una música que embelesa.
ResponderEliminar