Me levanto temprano; me voy al campo. El día está
gris, raro. Tiene luz de invierno; temperatura de primavera. El día tiene un
velo de nubes que le quitan brillantez al sol. No son nubes de agua; no son
nubes que anuncien cambio de tiempo; no son nubes ni de frío ni de calor; son ‘otras’
nubes.
Canta un pajarito del agua; pasan volando, a media
altura, una banda de grajillas. Buscan las aceitunas moradas que se han quedado
retardías en los olivares. Hacen un camino de ida por la mañana; de vuelta, por la tarde. No tienen
reloj; no les hace falta. Saben del tiempo porque tienen su biorritmo propio.
Antes del mediodía llegan Rafael y Sebastián. Damos
una vuelta. Comemos juntos. Hablamos y hablamos. Nos unen más de cincuenta y
cinco años de amistad. “Mi mujer me ha dicho – comenta Rafael – hoy volverás a
tener quince años”. No se tienen en la biología; en el recuerdo… ¡Qué les
cuento del recuerdo!
Por la tarde bajamos a Santa Brígida. La iglesia, en
la barriada de la Estación, está cerrada. La iglesia está casi en un
descampado. Es normal que adopten precauciones. Hacemos gestiones. Ana Mari nos
pone en contacto con Antonia. Amable, atenta, servicial; nos abre la capilla.
Hablamos de las devociones marianas de Andalucía.
Concretamos en el Rocío y en la Cabeza. Andalucía es tierra de devoción a
María. Andalucía es un mosaico de santuarios marianos: Setefilla, Peñaflor,
Belén, Flores, Araceli, la Virgen de la Sierra en Cabra, Consolación….
Comentamos sobre la leña de la marisma, y de Almonte
y Villamanrique de la Condesa. ¿De quién es la leña, riqueza de la marisma?
Sacamos a colación la Pragmática Sanción de Carlos III. Limitaba la subida al
Cabezo y de la Casa de niños expósitos de Andújar. Hablamos de los frescos del altar mayor de Santa Brígida y del ermitaño que aparecía den los papeles viejos. Hablamaos de muchas cosas.
Vuevlo a casa. El periódico dice que “un tercio del electorado ha
sido ha sido abducido por un totalitario”, “En Ferraz se hartan de la chulería…”,
“asesoraban a Hugo Chávez sobre la mejor forma de encarcelar periodistas”…
¿Sigo? Otra pregunta, ¿entre los dos caminos?… Ustedes tienen la respuesta.
Eso es lo malo de este país Pepe, que siempre hay solo dos caminos... Aquí no se entiende que te gusten las veredas, las lindes o al campo a través, si así lo prefieres. No. Aquí se ha de ir por el camino de la derecha o por el de la izquierda, y si no sigues alguno de ellos, eres un proscrito para la mitad, que va por el otro. Jamás, amigo, jamás, iré por el camino que me pretendan marcar. Me gusta decidir por mi mismo, donde, como, cuando y cuanto he de andar. Eso, sin embargo, tiene un precio. Siempre caminas solo...
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