Al “Mirador”
se llega por un camino angosto; en cuesta; por un camino peligroso y con
asfalto áspero y rasposo. Está orillado por una fila de cipreses. Les han
puesto un riego por goteo para propiciar su crecimiento rápido. Estos cipreses
apuntan a lo más alto. A un lado, el monte de laja pizarrosa; al otro, una
cañada profunda y seca: la cañada del Chamizo.
La cañada baja desde el Cerro de Taivilla. Viene
entre olivos de acebuches y almendros, y va y se entrega al río. Junto al cauce seco albergó una fuente, y antes….¡ay, antes! Mucho antes, en estos
cerros existió un asentamiento púnico.
Cercana a la Fuente del Chamizo hubo un pequeño
recinto con torres - Torres de Aníbal -. Se encontraron algunas monedas, una de
ellas, cartaginesa, de la ceca de Malaca cuyos hallazgos son escasísimos en la
provincia malagueña”.
Desde el Mirador la vista es excelente, de las que
no se olvidan. El día estaba espléndido; la compañía… ¡Ay, si yo les contase de
la compañía…! Nos hemos sentado al otro lado de la cristalera. Nos ha servido
Irina Pavlova. Irina vino a España…, buscaba trabajo.
Me dice que es de Sofia, que los búlgaros se llevan
mal con los turcos.
- Y, ¿con Grecia? Le pregunto:
- “La Grecia lo quiere todo”.
-¿Macedonia es griega?, insisto.
- “No, no, búlgara”.
- Y, entonces, ¿Alejandro Magno?
- “Era búlgaro, búlgaro…”
Ya ven. Según
del color del cristal con que se mira…
Enfrente, en el horizonte, El Hacho recortado en el
cielo azul y limpio; impoluto; a media ladera, Álora; abajo, el Guadalhorce
caracolea y busca la mar…
El pueblo se asoma de puntillas. Se empina sobre sí
mismo. A la izquierda el arte y la Historia de la mano: el castillo de las
Torres; en el centro, deslizado en un movimiento sutil e imperceptible, el
caserío blanco. Blanco de la nieve que no viene nunca - o casi nunca – por
estos andurriales.
El Calvario y el Cerro de las Viñas, de parapeto. A
algún ángel - cuando han salido al recreo -
se le ha volcado el cubo de la cal. Un chorreo de cal, de cal blanca,
muy blanca, se baja hasta las laderas del río. Quiere subirse al tren, y va, y
se arrepiente y se vuelve y se acurruca…
No hay comentarios:
Publicar un comentario