jueves, 7 de enero de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Fortuna

Al mediodía nevaba. Caía, mansamente, como suele hacerlo en los lugares donde la nieve es algo normal en este tiempo. Las imágenes de la televisión mostraba la bajada de los copos. La gente bebía en la calle; la gente estaba muy contenta; al menos, exteriormente.

El pueblo está en la montaña palentina. El río Carrión, el que nace en las Fuentes Carrionas, arriba en la Cantábrica, lo cruza de norte a sur. El río forma parte del paisaje, como lo forma el pueblo en medio de un todo que está lejos de casi todas partes.

Han pasado las penurias de una crisis dura, muy dura en el carbón. La entrada de España en la Comunidad trajo cosas buenas; muchas; otras, pues ya se sabe, cada uno cuenta en la feria cómo le va y, a la gente que vivía del carbón, le fue de malo a peor.

Un tren de vía estrecha cruzaba su tierra. Llevaba el carbón hasta los puertos de Santander y Bilbao. Allí, había más riqueza; aquí mucho sudor y demasiado sufrimiento. El tren - el ferrocarril hullero - como otras cosas forma parte de un pasado que ya no es.

Durante la Edad Media – me documento, porque no tenía ni idea de su existencia – fue importante. Perteneció a la nobleza. Ya se sabe. Unos que se acercan a la riqueza de los otros y esas cosas. Dicen que tuvo un castillo pero ya solo quedan recuerdos.

En su suelo crece el bosque de robles más importante de Europa… Tiene un ‘pequeño’ problema originado por la extracción de la antracita a cielo abierto: deja imposible la tierra para el enraizamiento de los robles.

Canta el urogallo y, en ocasiones, por esos parajes baja el oso pardo. Crece el acebo, ese de las bolitas rojas para los centros de Navidad y que tiene las hojas de un verde intenso y con unos pinchos muy duros…. Ese, ese.


Mucha gente no sabía que existía el pueblo. Lo ha dado a conocer la televisión. La fortuna de un sorteo, el sorteo del Niño, ha dejado un puñado – grande – de euros. Hoy, toda España sabe que existe Guardo. Está en la provincia de Palencia, al sur de la Cantábrica. Ayer, al mediodía, nevaba…

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