Lo que son las cosas. Originariamente bajaba de la muralla,
pero cuando el pueblo varió de situación, quedó en orden inverso, pues asciende
desde la Plaza Baja de la Despedía a lo alto del Barranco.
Es la más antigua de la población ya que aparece en el Libro
del Repartimiento de 1486 y se la llama Postigo de la fortaleza y Postigo que
entra al arrabal de la Villa. Poco después la llaman Postigo de Malpartida,
refiriéndose a Cristóbal de Malpartida, caballero entre los vencedores a quien
se le da casa lindera con el adarve. Durante el siglo XVII se llamó calle
Bermúdez.
Por la calle Ancha, puedes subir a Las Torres, (para
nosotros, el castillo son Las Torres). Felipe Aranda, que es el autor de la foto,
cazó a la luna una noche que se asomaba a la calle…
Cuando hayas superado el primer tramo, antes de llegar a la
calle Churrete, (sugestivo nombre, ¿verdad?, pues no te quedes ahí la susodicha
calle termina en el Llano de las Monas, ¿por qué? Ni idea). Te decía que por
ahí también te puedes adentrar en el dédalo de casas apiñadas y ahíto de cal.
Vuelve sobre tus pasos. De nuevo, en la calle Ancha. No te
diré cuándo ni dónde debes pararte. A ratos según la marcha se te cortará el
resuello. Si cuando llegues a la Joyanca te da por mirar a la vega, el paisaje
se abre. Un río manso y lento corre por tierras feraces. Va camino del mar, el
Mediterránero; si miras a tu izquierda te sobrecoge la mole del castillo.
Si ya has subido, párate en la explanada de entrada antes de
entrar. El castillo lo dejamos para otro día. Ahora, retira todo lo que tuviste
de valor – te habrá impresionado el precipicio – y bájate por la calle del Carril.
Ya bordeas la muralla y luego, cuando llegues a la calle, verás que este
Albaicín nuestro es único, precioso, de eso que uno se encuentra, sin saberlo,
cuando se da a andar los caminos…
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