Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. De lo vulgar a lo primoroso

 

Bodegón. Juan Sánchez Cotán (1560-1627)

Agosto, 17 domingo.

 

Juan Sánchez Cotán está considerado como el precursor de la pintura del bodegón español, en contraposición, con el que venía de Flandes, más recargado y exuberante. Está identificado como el pintor de todos los elementos más simples: calabazas, cardos, sidras, berenjenas, “batatas de Málaga” elevados, por sus pinceles, a primorosos. Después de él, Zurbarán; luego, los otros.

Nació en el pueblo toledano de Orgaz, 1560, y murió en Granada, 1627. De niño sus ojos se llenaron con los paisajes de las estribaciones de la sierra de los Yébenes, por un lado; por el otro, la llanura entre La Mancha y la comarca de la Jara precursora de los Montes de Toledo.

Precisamente, Juan Sánchez Cotan, en Toledo, la Toledo de Garcilaso donde el Tajo hace esa hoz que lo circunda y, entonces, quizá, hoy ya no, podría reflejar torres de iglesias y conventos, el arte mudéjar de sus barrios y sabor de tres culturas mezcladas que daban lo mejor de cada una de ellas. Allí, precisamente, allí conoció las tendencias de manierismo que habrían traído otros pintores desde El Escorial.

Su partida de bautismo arroja contrariedades de nombres. Hay críticos que piensan que puede ser por dificultades para probar la limpieza de sangre que tiene que aportar para entrar como hermano lego en la Cartuja de Granada donde muere el 8 de septiembre, festividad de Natividad de la Virgen, en 1627

En su etapa toledana predominan bodegones con algunas muestras de naturaleza muerta como son las piezas de la caza imperante en aquel tiempo y dada su estancia en Toledo, principalmente perdices y pajarillos, con otras de hortalizas de las huertas de diferentes puntos de España. Algunos críticos pretenden rizar el rizo e incluso citan la procedencia de cardo, naranjas, limones… Demasiado.

Ingresado en la Cartuja granadina no descarta los bodegones, pero se inclina más por las obras de carácter religioso muchas conservadas en museos locales, en otros nacionales, como el caso del Prado o en el propio cenobio.