sábado, 23 de agosto de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Un siglo con poca luz?

 

                         

 


                                           Santuario de Flores. Álora (Málaga)


Agosto, 23 sábado

 

Tras la toma de Álora, a finales del siglo XV, se llevan a cabo dos repartimientos. Uno, por el propio Portocarrerto y Fernando de Arévalo. Levanta muchas protestas, y otro, en 1492 por el Bachiller Serrano. En ambos, la primera que entra en posesión de tierras es la “Yglesia mayor” (se refiere a la Encarnación). No aparece “Flores”

Dice don Antonio Bootello en la Hojita Parroquial que, bajo un gran algarrobo, en una tienda, se celebra una misa y posteriormente se construye una ermita. Debe referirse a la primitiva sobre la que se construye el actual edificio del convento. De aquello, hoy, prácticamente, nada.

No está documentado que los hijos de Encinasola traigan una imagen o cualquier otra representación de la Virgen. Sí, desde un principio, que se venera la Virgen de Flores de “igual advocación a la que tienen en su tierra”. Tampoco queda documentado que esa primera imagen se lleve a la primitiva capilla de Encarnación sobre la mezquita principal de las Torres. El nuevo templo no se construye como profanación, sino como superposición de una religión que afirma que Cristo es Dios concebido por Obra y Gracia del Espíritu Santo y no un profeta como afirma el Islam. De hecho, la primera iglesia no toca siquiera ni la orientación del nuevo templo.

Se informa también en la Hojita que en una oquedad (¿Cueva de los Infantes?) nació un niño al que bautizan con el nombre de Gaspar de Estepa. Su madre, una de las mujeres que acompañaban a los ejércitos. Es el primer cristiano de los nuevos tiempos de Álora de quien se conoce su nombre.

Viene un larguísimo silencio. A finales de siglo en 1590 el Concejo pide a los frailes recoletos del convento de Los Ángeles de Málaga que vengan a hacer una fundación para el bien de las almas. Se aposentan– es propio de los recoletos, en palabras de hoy, los integristas de la orden – la ermita de Flores. No se cuestiona el nombre (ya en los documentos se habla de unas tierras en aquella zona con esa denominación). Eso conlleva que se ha mantenido la devoción a la Virgen de Flores. El concejo expropia parte de esas tierras, señala un amojonamiento para demarcar las tierras cedidas. Habla incluso de un mojón que está junto a la “cruz del humilladero”. En 1592 se inician las obras; en la espadaña, aparece la de 1736 (desde el suelo se lee con dificultad). Da a entender que la construcción del santuario va desde finales del siglo XVI al XVIII.

En el siglo XVI Álora, con 500 vecinos (otro día trataremos ese tema) sufre epidemias de peste, mortandades, dos terremotos, sequías, inundaciones, y una hambruna y emprende la construcción de dos edificios emblemáticos: la parroquia actual de la Encarnación (1600-1699), el Santuario de Flores y se emancipa de la Ciudad de Málaga “para siempre jamás”. ¿Es, no, motivo, para estar orgullosos de aquellos antepasados que sacaban de donde no había? Ah, y desde antes, ya se veneraba y se sigue venerando a la Virgen de Flores…


 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario