miércoles, 6 de agosto de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Almería. Tierra de presente espléndido

 


                        Cabo de Gata. Almería


Almería tierra olvidada por tiempos no muy remotos, con refranes despectivos e hirientes (¿se acuerdan de aquello tan ingrato como lo de las tres cosechas?) vive un presente esplendoroso que la ha puesto a la cabeza de la economía de Andalucía y con una agricultura de primor a pesar de algunos chanchullos con el “amable vecino de enfrente”.

Gente luchadora han convertido un desierto donde solo había palmas y lagartos en la región más próspera de España con producciones de primor que produce melones y pepinos en Navidad y con una hortaliza que va muy por delante de otras regiones que eran paradigma de progreso. Solo hay una pega, una terrible pega. Falta agua. Pero no se preocupen que llegará un político iluminado de esos de los que en todos los años hay cosecha que se la negará y alegará cualquier idea peregrina. ¿No me creen? ¡Al tiempo!

La tierra de Almería desde tiempo inmemorial ha albergado las civilizaciones más antiguas que han dejado huellas imperecederas en las Cuevas de el Argar, en los Millares, en Nieres o Lo Letreros. Cuando aún no había llegado a otros lugares, ya andaban aquellos seres humanos por aquí.

Existe, dicen los libros de Geografía, dos Almerías. La Almería de la costa mediterránea y la Almería esteparia. La primera, desde la propia capital y Adra hasta los límites con la provincia de Granada en Albuñol. Esa costa está bajo la protección de la Sierra de Gádor. Corta los vientos fríos que vienen de Sierra Nevada. Su pico más alto es el Morrón. A esa parte también se lo conoces como la Alpurraja almeriense. El subsuelo del Campo de Dalías da agua para generar un oasis del que nace la agricultura de primor.

La Esteparia tiene un clima desértico, con un paisaje desolador, similar a otros de África donde nacen las plantas xerófilas: chumberas, esparto y retamas. Su núcleo: la Sierra de los Filabres; en la Tetica de Bacares, su máxima altitud. Más al sur, la tierra es más volcánica. Es la Sierra de Gata va a dar en la mar con su Cabo y la Sierra de Alhamilla con el balneario de Alhama. Un hijo suyo, ejemplar, Nicolás Salmerón renunció a la Presidencia de la I República por no firmar una pena de muerte. Están, también, los Campos de Níjar contados por Goytisolo en una novela excelente; está el cortijo de los Frailes y la sombra de Federico García Lorca con Bodas de Sangre…

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