viernes, 15 de agosto de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Algunos obispos de Málaga

               


Agosto, 15 viernes.


Dentro de unos días se producirá el relevo en la Diócesis de Málaga. A Jesús Catalá Ibánez le sustituirá José Antonio Satué Huerto. Procede la Teruel-Albarracín. Trae un bagaje de buen pastor al que los expertos en estas lides le auguran un futuro espléndido. Este artículo no hurga en lo futurible. Me limito a informar de la trayectoria de algunos de los prelados. Aquí dejaron huellas.

El primer obispo del que se tienen noticias es san Patricio. Participó en el Concilio de Elvira (300-313). Sufrió persecución por Diocleciano y Maximiano. Se exilió, donde murió, a la Galias.

Tras la toma de Málaga por los Reyes Católicos, Pedro Díaz de Toledo accede a la mitra malacitana. Inició las obras de Santiago; adaptó la mezquita y la consagró como primer templo. Se dedicó a Nuestra Señora de la Encarnación. Es el obispo más relevante del siglo XV.

Nueve prelados regentan la diócesis en el siglo XVI. El primero, Diego Ramírez de Villaescusa de Haro. Erigió la Colegiata de Antequera. Protegió Málaga de las incursiones de piratas y construyó de su pecunio la conocida como “Torre del Rio”. Inició desde Málaga, ya muerta la reina Isabel, las directrices de Cisneros para recuperar Jerusalén y los Santos lugares.

En el XVII, Juan Alonso de Moscoso, fundó en Alcalá de Henares el Colegio de San Ciriaco y Santa Paula para estudiantes malagueños y Fray Alonso de Santo Tomás, uno de los grandes que gobernaron la diócesis. Fundó el convento de Santo Domingo en el Perchel. Impulsó el templo de la Encarnación de Álora, conjuntamente con su preceptor Fray Enríquez de Porres y Bartolomé Espejo y Cisneros que concluyó la obra.

José Molina Lario vino de Albarracín. Otro de los grandes. Trajo a Andrés de Aldehuela, arquitecto del Acueducto de San Telmo, Puente de Ronda, camarín de la Virgen de la Victoria de Málaga. Según Juan Temboury, probablemente, también del de la Virgen de Flores de Álora.

El beato Spínola y Juan Muñoz Herrera, antequerano, y único malagueño, son dos figuras del XIX. Marcelo Spínola pasó a Sevilla, accedió a cardenal. En Málaga dejó una estela de entrega al pueblo al que ayudó en la medida de sus posibilidades para corregir injusticias seculares. 

Juan Muñoz Herrera nació en Antequera. Estudió en el Seminario Conciliar. Pasó por diferentes diócesis y en Málaga realizó una gran labor social. Puso la primera piedra del templo del Sagrado Corazón.

En el siglo XX, destacan, san Manuel González, el “obispo de los Sagrarios abandonados” (puede estar dicho todo) y el cardenal Ángel Herrera Oria, sin lugar a duda el de mayor proyección social. Por motivos de espacio, tendrán otro día más atención.

No hay comentarios:

Publicar un comentario