domingo, 3 de agosto de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Málaga y otras cosas

 



                                  Plaza del Siglo, Molina Lario;  al fondo, a la izquierda, la Catedral


Mi amigo Rafael madruga más que las frailecillas – dicen que es el pájaro que más madruga, me refiero al ave, a mi amigo Rafael, no.). Rafael cuando no se las anda mano a mano con Dios en sus escapadas a Silos, se levanta muy temprano y antes de que el sol levante la cresta por el oriente (Ya se sabe, ex Oriente lux)  se acerca a la catedral. Yo me meto con él y le digo que se sale antes de que estén las calles puestas…

Él no me lo reconoce y me lo niega pero, pienso que tiene un pacto con el alcalde que según dicen también madruga lo suyo y para dar caña a esos que pregonan que si en Málaga no se puede andar de tanta gente, de que si todo está invadido por foráneos que se ha apropiado de la ciudad y han expulsado a los malagueños… Bueno, todo eso que, ocasiones escuchamos y cada uno va y cuenta según le va en la feria, pues se da su paseo y se viene hasta la catedral.

Mi amigo Rafael es un tipo excepcional. Yo lo conocí hace más de sesenta años, año arriba o año abajo. Formamos un grupo disfuncional pero compacto. Los vientos de los tiempos no siempre soplan en la misma dirección y según cómo y cuándo dispersan las nubes, las llevan de una comarca a otra, y algunas nos dan la gracia del cielo que algunos llamamos agua.

Cada uno es cada cual. Sebastián, el más barroco. Lo sabe casi todo. Siempre que lo buscas, está; Fulgencio, intectual, inquieto, quiere sacar la punta del hilo del ovillo de todo lo que le inquieta; Bartolomé (alguno diría que estuvo en Trento, pero doy fe, pudo ir pero no fue. Si lo reclaman, no dicen que no.) Antonio Gil, mi hermano electo, tiene mucho de eso que llaman mística; Juan Jesús está a caballo entre ganadero de la Serranía y cuidador de nietos y Rafael Gómez pastorea nubes desde ese jardín que antiguamente llamábamos Laurinejo…. Y pienso y creo que no me equivoco, que todos tenemos la marca de la Dehesa (con mayúsculas por favor) y el sello de Lorenzo. ¡Qué suerte tuvimos!

Rafael, anduvo por tierras de Asturias “las Asturias de Oviedo”; Castilla, de trigo y camino y en ese lugar donde cuando sopla el Mocayo solo paran Dios y Rafael que salía al andén a recibir o dar paso a los trenes; Haro, tierra de vino… Buena tierra, mejor vino. Si Cristo lo cogió por su sangre… Regresó Málaga, nos congregó para formar piña de la amistad interrumpida por un tiempo. Hoy le ha tocado a él.

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