Junio, 21 sábado
Cuando yo era joven don Manuel
Burgos nos daba clase de Filosofía. Una parte de la materia era la Ética.
Recuerdo, en la lejanía del tiempo, que nos dijo: la Ética estudia a los hombres no como son
sino como deberían ser. En la juventud aquello, sonaba raro, tampoco uno sabía qué
quería decir, Ahora sí lo tiene muy claro.
Vivimos tiempos de
desorientación. Unos, avergonzados del comportamiento de algunos; otros, lo ven
normal. Proclaman su ‘inocencia”, casi lo justifican. Hay preguntas sin
respuestas lógicas.
Decía, Concepción Arenal: “odia
el delito y compadece al delincuente”. ¿Quién no siente compasión ante la
persona que ha caído en la desgracia? ¿Quién justifica lo injustificable?
A la sociedad normal no le cabe
en la cabeza como personas que teniéndolo todo están insatisfechos. Enmudece ante esa película que nos cuentan en
los telediarios, en los periódicos digitales, en las emisoras de radio.
Se generaliza: todos iguales. No
estoy de acuerdo. Conozco gente honrada, muy honrada que han pasado por los
puestos de responsabilidad y cuando han terminado se han ido a su casa con sus
manos limpias.
Puedo hablarles de un alcalde
franquista que hacía muñecos de cartón para la cabalgata de gigantes y
cabezudos porque su ayuntamiento no tenía dinero para pagar una traída desde
fuera.
Conozco un cura que cuando lo
trasladaron de Álora a Tolox no llevaba maletas. Solo tenía lo imprescindible,
la sotana y los zapatos puestos. Carecía de lo material. Lo había dado todo.
Conozco dos alcaldes socialistas
que, al terminar el mandato, uno se había arruinado porque ‘los listos’ le
hicieron el boicot y no le compraban en su negocio de reparto de refrescos y
bebidas; el otro, sacó una depresión de caballo.
Conozco un comunista que, al
regresar del exilio, recuperó una propiedad – una pequeña huerta – la vendió e
hizo una fundación para que, con el dinero, entonces los bancos pagaban
intereses, se financiarían becas que propiciarían el Desarrollo Económico y Social
de Alora.
Conozco alcaldes de Izquierda
Unida que desde la alcaldía se fueron a su escuela y a su casa con las manos en
los bolsillos sin que nadie pudiese tacharlos de nada.
Otras siglas no han gobernado
en Álora, pero en sus formaciones hay personas con la misma trayectoria de lo
expuesto…
La Ética estudia a los hombres
no como son sino como deberían ser. Generalizar es injusto. La Ley tiene que
poner a cada uno en su sitio. España necesita reformas. No se puede tener, por
ejemplo, un ratón mucho tiempo sobre un queso… Creo que se entiende.
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