Junio, 25 miércoles.
Pablo de Olavide y Jáuregui fue
un ilustrado español nacido en Lima en 1752, murió en Baeza Jaén en 1803 después
de una vida azarosa donde llevó a cabo los principios de la Ilustración y de
haber pasado muchas penalidades y cárcel. Está considerado como el gran reformista
del reinado de Carlos III
Su padre, navarro; su madre,
limeña. Estaban asentados en el comercio. Educado en las órdenes religiosas
implantadas en su ciudad. Destacó en actividades comerciales. Con 27 años quiso
venir a España. Pasó por Centroamérica y Venezuela. El vieje estuvo plagado de
incidencias. En Cartagena de Indias lo robaron y enfermo de ‘terciarias’ fue
asistido en el Hospital de Pobres. Un terremoto asoló Perú. Fué el encargado de
realizar obras sociales con los bienes de los damnificados no reclamados.
A España llegó por Cádiz. Se
trasladó a Madrid donde tuvo problemas. Sufrió cárcel. Luego, viajó a Francia y
por Europa. Era seguidor de Voltaire, Rouseau, Diderot, D’Alembert… De vuelta a
España para donde envió cantidad de libros y cuadros Carlos III le encargó la
repoblación de Sierra Morena.
Se estableció en Sevilla donde favoreció
la enseñanza pública, repartió los bienes de los jesuitas expulsados, dotó a la
ciudad de alcantarillado y en materia urbanística creó la Alameda de Hércules y
adecentó las riberas del río.
En Sierra Morena asentó a
colonos traídos de Centro Europa principalmente de los Paises Bajos y Alemania.
Fundó más de cuarenta pueblos con trazados urbanísticos modernos y con servicios.
Repartió las tierras entre los colonos que accedían a ellas o mediante alquiler
o dadas en propiedad con la obligatoriedad de residencia.
Todo el que quisiera podría “adquirir 2000
fanegas para asentar a 40 braceros con la condición de dar a cada uno un par de
bueyes, instrumentos de labor y la posibilidad de construir. Todos los demás
baldíos se adjudicarían a censo perpetuo en lotes de 50 fanegas a quienes lo
pidieren con la condición de que no posean ya una explotación de más de 30
fanegas, que tengan dos pares de bueyes y se comprometan a construir”.
La Inquisición se ensañó con él a raíz de una reforma
en la celebración de los carnavales. Sufrió un sinfín de penalidades, humillaciones,
persecuciones y atropellos. Peregrinó por España, exilio en Francia donde vivió
la Revolución Francesa y volvió a sufrir cárcel.
Una Universidad Pública, en Sevilla - de actualidad
por una actuación vetando la presencia de Susana Díaz en unas Jornadas, según informa la prensa “por
temor a reacciones de la Diputación de Sevilla que preside el PSOE” -, un mercado
y una plaza en Madrid llevan su nombre. Está considerado como uno de los grandes
de la Ilustración en España.
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