Junio, 28 sábado
Un día, sin saber quién la
había colocado (se intuía el porqué) apareció una estampa de la Virgen de
Flores en la oquedad de la roca desprendida del Hacho hace muchísimo tiempo enfrente
de la Fuente de Higuera, al otro lado de la carretera. La gente comenzó a
venerarla. Eran los comienzos de los años setenta del siglo pasado.
Hubo un tiempo en que personas
difíciles de catalogar, aunque todos tenemos en mente el calificativo que les
cuadra… Son los mismos - o primos hermanos - de los que rompen las farolas de
la calle; arrancan las macetas que dan colorido y belleza; destrozan las
estatuas que la concejalía de turno coloca para embellecer los rincones, los
que trituran los arriates o los bancos del parque… Podríamos seguir. No merecen
la pena. Tomaron la iniciativa de destruirla. Alguien, en perseverar y
aparecía, siempre, después del estropicio.
Ante la estampa de la Virgen
unos se detenían un momento; otros, musitaban una oración. Algunos pasan por su
camino y desvían la vista. Solo Ella y Dios sabe lo que anida dentro de cada
corazón y lo que su presencia origina. Desde entonces hasta hoy.
Muy cerca está el Santuario de
Flores. Allí, se venera la imagen con la advocación de Flores y a quien representa
la estampa. La misma que hace más de
quinientos, trajeron los hijos de Encinasola, el pueblo hermano de Huelva,
junto a la frontera con Portugal, a orillas del río Múrtiga. El 22 de junio pasado se cumplieron 541 años.
Fernando, “el Católico” tomó, en nombre de Castilla posesión del
Castillo de las Torres, de Álora, en el ya lejano años de 1484.
Desde entonces, salvo momentos
muy puntuales, la imagen de la Virgen ha recibido veneración y culto en Flores.
El Santuario acogió a una rama de los franciscanos. En este caso, Recoletos. Llegaron
desde el convento de los Ángeles de Málaga, a finales del siglo XVI. En 1590 el
concejo de Álora los reclamó; en 1592 ya estaban comenzadas las obras,
ampliando la primitiva capilla donde los expedicionarios habían dejado una
imagen de la Virgen.
Con anterioridad, a principios
del XVI, en 1502, la reina Isabel que no había estado presente en la toma,
entregó en la ciudad de Sevilla la actual imagen. Desde entonces, hasta hoy…
A Flores se va por muchos
motivos. Algunas veces no se llega hasta el Santuario por tiempo, por
cansancio, por imposibilidad física de acercarse... En el camino encuentran una
parada y ya se sabe lo que pueden decirse dos que se quieren. Personas de
cualquier edad o sexo se paran ante la estampa que a orillas del camino es un
reclamo para quien anda y va a alguna parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario