martes, 17 de junio de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Roma no paga traidores

 



                    Monumento a Viriato. Guijo de Santa Bárbara


El Guijo de Santa Bárbara es un pueblecito, a media ladera, entre las cumbres Gredos y el río Tiétar, ese que lleva sus aguas al Tajo y luego a Lisboa… Ese, ese. El Guijo es un pueblo de piedra inmerso en el paisaje que no sabemos si el Guijo estaba antes de que la orografía levantase el macizo o lo hicieron después porque no había un lugar más adecuado para dejarlo caer.

La Garganta del Guijo tiene un agua fría, muy fría, tanto que parece que está helada y es un lugar ideal para pasar la tarde sobre todo cuando las cumbres de la Sierra proyectan sus sombras…

En el Guijo, desde hace no sé cuánto tiempo fabrican unas mermeladas exquisitas – puede que ahora ya sean industriales - pero cuando yo las descubrí hace más de treinta años, en Casa Ana, al final de la calle de la Mata… Eran mermeladas de frutas del terreno, o sea higos, cerezas, ciruelas, manzanas… Es un deleite llevarlas a la boca. También fabricaban licores de lo más raro que uno pueda beber cuando anda por esos caminos.

Al Guijo se accede por dos caminos. Bueno, para ser más exactor por una carretera estrecha entre robles, helechos y árboles de media ladera que forman un bosque galería probablemente único en España. El Gargantón lleva sus aguas a la garganta de Jarandilla y la ruta del Trabuquete, estrecha y tortuosa, a las cumbres donde no falta la nieve, incluso, ni en verano.

La primera vez que fui aún- no será porque no han tenido tiempo – aunque mirándolo despacio lo que podría faltar probablemente era esa otra cosa que don Francisco de Quevedo lo llamó ‘poderoso caballero’. A lo que iba, en el Guijo han levantado un monumento a Viriato.

Cuando yo era niño e iba a la escuela en la denostada por algunos Enciclopedia Álvarez, para la que yo tengo un gran cariño porque no conocí otra decía: “Viriato fue un caudillo lusitano que se levantó contra los malos tratos de los romanos los venció en numerosos combates, al final fue asesinado mientras dormía, por tres de sus capitanes. Solo con la traición de Ditalco, Audax y Minura pudieron vencerle”.

Si usted pone cualquier cadena de televisión a cualquier hora del día en España no se habla de otra cosa – con nombres diferentes y en mayor número – de traidores que la han liado, bien liada. No iban, olvidando su deber, contra Roma, no. Han ido forrarse.  Vamos que lo de Viriato es un juego de niños con lo que han apañado estos artistas… ¿Seguirá vigente eso de Roma no paga traidores? A lo mejor les ajustan las cuentas. Ustedes me entienden.

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