Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La capilla del Santo Cristo del Portal

 

 

 

                               Álora. Calle Encinasola (Rosales)

Encinasola, la que está lejos de todas partes, le dio a Álora a finales del siglo XV el amor a la Virgen de Flores; después, una relación entrañable y el nombre a una calle. La calle Encinasola en Álora es larga, angosta y en cuesta. Lo de larga viene porque arranca en la Plaza de la Fuente de Arriba y termina en el Bajondillo; le viene lo de “agosta”, por su estrechez, de principio a fin. casi tiene la misma anchura. Al final, pero muy al final tiene dos calles a modos de brazos. Ambas dos recogen dos profesiones gremiales: Escribanos y Herradores.

Antes de la creación de las Notarías el Escribano daba fe documental de acuerdos, transacciones comerciales, mandas y testamentos. El cargo durante un tiempo fue hereditario y cuando no se podía acceder a él mediante compra. La vida de Álora quedó reflejada en los documentos que se generaron en aquellas Escribanías; en “cuesta” porque se sube o se baja. No tiene en toda su extensión un solo trozo que trascurra en llanura… De ella arranca también otra calle con nombre gremial: Herradores. En su parte derecha consta de varias calazadas. Desemboca en la Calle Nueva o Callejuela.

Su antigüedad se remonta al 7 de octubre de 1549. En el siglo XVII, a su primera mitad se le llamó de Juan Tenorio en atención a Juan Tenorio del Castillo persona principal que vivía allí a principios de siglo. En un tiempo, es su mediación, acogió el Juzgado de Paz., cuando Álora tenía Juzgado de Instrucción Primera Instancia.

 

                                         

                                      Capilla del Santo Cristo del Portal. C/Encinasola. Álora

La Capilla del Santo Cristo del Portal está en la calle Encinasola (Rosales). Sabemos que Antonio Díaz Carraco cede el local donde se manda construir la Capilla del Santo Cristo del Portal en la calle Rosales, según consta en escritura de 20 de junio de 1743. Se abre al culto oficialmente en 7 de abril de 1744.

Según la tradición, un tiro escapado en una disputa entre hermanos en la fragua allí existente dejó al descubierto una pintura al fresco de carácter religioso, que representaba un Ecce Homo, teniéndose el suceso como un hecho milagroso. Siempre fue muy seguida por el fervor popular. En el Libro de Amillaramiento, en el apartado de Riqueza Rústica se recoge que Juan Aguilar Mancera con fecha 26 de marzo de 1880 inscribe, en el Registro de la Propiedad una suerte de tierras que formaba parte de la Hacienda nombraba de Santo Cristo del Portal, ubicadas en dicho partido de Los Chaparrales. En ella se venera la imagen de Cristo Resucitado que se procesiona por primera vez en 1994, obra del sacerdote salesiano Enrique Herencia.