jueves, 3 de abril de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Turón, río de agua esmeralda...

 

                    


                        Río Turón. El Burgo (Málaga)

 

 

Era a eso de mediodía. Revienta la primavera en las cunetas de la carrera, en los sembrados, en el campo. Subí desde el Guadalhorce por Casarabonela, Alozaina, Jorox, Yunquera… Los motoristas bajaban desafiando las leyes de gravedad y al sentido común. Sentí algo de congoja ante la inconsciencia y la temeridad de alguna gente… En fin. Es lo que hay. Pasé el Puerto de las Abejas, casi los novecientos metros; a la bajada, a la izquierda, La Fuensanta y arriba entre pinsapos el convento de las Nieves. Esta vez no subí. Seguí con dirección a El Burgo.

                                


 

Buscaba, y era cierto, el río que baja con aguas cristalinas. Viene de la Sierra de las Nieves que ya es Parque Nacional.  Al pasar el puente había que gozar de esa corriente que viene esta primavera ahíta de belleza y esplendor. Transité por su orilla… Saqué una foto del homenaje a la mujer lavandera…

 

Aguas arriba, en la represa de la “Yerbagüena” toman el agua de beber para el pueblo. El curso del río ofrecía ese canto saltarín que solo ofrecen cuando uno se acerca a sus orillas y pega el oído. Están aún desnudos los árboles de ribera… No había pájaros a esa hora…

 

Deambulo por sus calles. Pregunto por la Sopa de siete ramales. (prima hermana de las Sopas perotas). No hay suerte. Me conformo con un callo (manifiestamente mejorable). No recomiendo el lugar. Es domingo y hay demasiado gente. Pasado el pueblo en dirección a Ardales se abre el paisaje. Te acompañan campos de cereales y olivos y en las traseras - la parte que nunca se ve en los pueblos -  sembrados de patatas que aprovechan las excelencias del agua para el cultivo.

 

Los autores - te digo para tu información - no se ponen de acuerdo en lo que tiene que ver con su origen. Verás. Para unos, griego, Paurgus, que significa torre; para otros, celta y viene del germánico Baurgs y quien lo hace árabe, borch, que también es “torre”. Con Trajano, paso obligado en el camino de las legiones entre Acinipo y Málaga, y con Omar Ben Hafsun, en el siglo XI, bastión importante contra el Califato.

 

Sea como fuere tuvo y tiene el encanto de los pueblos con sabor perdido entre sierras, por las que siempre corre un río - que por cierto no te pierdas el paseo que circunda el pueblo siguiendo la orilla - y gente que añora otros tiempos.

 

“En tiempos de Felipe II - dice la Guía a la que echo mano – y dada la bravura de los guerreros de esta villa, El Burgo tuvo el privilegio de no pagar los impuestos que correspondían a sus tierras”. 





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