Río Turón. El Burgo (Málaga)
Era a eso de mediodía. Revienta la primavera en las cunetas de la carrera,
en los sembrados, en el campo. Subí desde el Guadalhorce por Casarabonela,
Alozaina, Jorox, Yunquera… Los motoristas bajaban desafiando las leyes de
gravedad y al sentido común. Sentí algo de congoja ante la inconsciencia y la
temeridad de alguna gente… En fin. Es lo que hay. Pasé el Puerto de las Abejas,
casi los novecientos metros; a la bajada, a la izquierda, La Fuensanta y arriba
entre pinsapos el convento de las Nieves. Esta vez no subí. Seguí con dirección
a El Burgo.
Buscaba, y era cierto, el río que baja con aguas cristalinas. Viene de la
Sierra de las Nieves que ya es Parque Nacional. Al pasar el puente había que gozar de esa
corriente que viene esta primavera ahíta de belleza y esplendor. Transité por
su orilla… Saqué una foto del homenaje a la mujer lavandera…
Aguas arriba, en la represa de la “Yerbagüena” toman el agua de
beber para el pueblo. El curso del río ofrecía ese canto saltarín que solo
ofrecen cuando uno se acerca a sus orillas y pega el oído. Están aún desnudos
los árboles de ribera… No había pájaros a esa hora…
Deambulo por sus calles. Pregunto por la Sopa de siete ramales.
(prima hermana de las Sopas perotas). No hay suerte. Me conformo con un
callo (manifiestamente mejorable). No recomiendo el lugar. Es domingo y hay
demasiado gente. Pasado el pueblo en dirección a Ardales se abre el paisaje. Te
acompañan campos de cereales y olivos y en las traseras - la parte que nunca se
ve en los pueblos - sembrados de patatas
que aprovechan las excelencias del agua para el cultivo.
Los autores - te digo para tu información - no se ponen de acuerdo en lo
que tiene que ver con su origen. Verás. Para unos, griego, Paurgus, que
significa torre; para otros, celta y viene del germánico Baurgs y quien
lo hace árabe, borch, que también es “torre”. Con Trajano, paso obligado
en el camino de las legiones entre Acinipo y Málaga, y con Omar Ben Hafsun, en
el siglo XI, bastión importante contra el Califato.
Sea como fuere tuvo y tiene el encanto de los pueblos con sabor perdido
entre sierras, por las que siempre corre un río - que por cierto no te pierdas
el paseo que circunda el pueblo siguiendo la orilla - y gente que añora otros
tiempos.
“En tiempos de Felipe II - dice la Guía a la que echo mano – y dada la
bravura de los guerreros de esta villa, El Burgo tuvo el privilegio de no pagar
los impuestos que correspondían a sus tierras”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario