En homenaje a la mujer que aún soporta muchas maneras de esclavitud
MUJER
Abril, 27 domingo.
Cervantes en su obra inmortal le da protagonismo
a la mujer. Aparece, no una, sino varias, en diferentes capítulos. Le asigna un
papel que le permite formar parte de la obra como algo consustancial en ella.
La primera gran mujer que ocupa el lugar preeminente
es Dulcinea. Es el amor idealizado de don Quijote y dice que vive en El Toboso –
si usted va por allí, le enseñan incluso la casa donde “vivió”- un pueblo
manchego perdido en la inmensidad del paisaje.
Cervantes pone en boca del bendito loco: “porque
has de saber Sancho que las mujeres son la más perfecta de las creaciones divinas
que, aunque son más hermosa que las flores, las estrellas y la luna llena
juntas, son fuertes como el acero de mi lanza…” (A lo mejor hoy hasta serían
capaces de meterlo en cárcel por decir esto, ¿Lo dudan?).
Sancho Panza, la figura secundaria - por orden,
no por otra cosa - de El Quijote también tiene su amor de quien se aparta
cuando comienzan las andaduras y la deja en la aldea. Se llama Teresa, Teresa
Panza. Como mujer, sabia connotación intrínseca en muchas mujeres, aparentaba
una cosa, pero no lo es. Piensa que Sancho se hará rico siendo escudero, pero
no cree que deba ser gobernador. ¡Qué lista era!
Dice Cervantes en el capítulo II que don Quijote
anduvo todo el día y que, al anochecer, cansados llegaron hambrientos a lo que
él creyó que era un castillo que le pareció que era una estrella de la alegría
que le produjo. “Estaban a la puerta, escribe, dos mujeres destas que llaman
del partido, las cuales iban a Sevilla con unos arrieros que en la venta aquella
noche acertaron a hacer jornada… ¡Qué enorme actualidad tiene este párrafo en
los tiempos que corren! Y es que a veces uno piensa que está casi todo inventado…
Cervantes cita más veces a la mujer en su obra.
La mujer, a pesar del tiempo pasado desde entonces no ha perdido actualidad. Conocemos
a mujeres que en su físico pueden aparentar un envejecimiento o una cierta
debilidad. No es así. Su mente es superior a su cuerpo; su fortaleza se impone hasta
que la muerte puede con ellas.
Son versos errantes, golondrinas que vuelan
contra las corrientes del aire, gaviotas de interior. No pudieron con ellas ni
las adversidades, ni los reveses de la vida. A veces fue cruel, muy cruel con
ellas. No les reconoció todo lo que ellas le habían dado a cambio de muy poco…
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