Martes Santo. Tarde de primavera.
Nubes, sol, viento… Puede pasar cualquier cosa; siempre ocurre
lo que no se desea. Un puñado de cofradías a punto de salir a la calle.
Dice el aforismo: “in dubio,
pro reo”. Tendría que imprimirse con letras de fuego en todas las puertas
de las Casas de Hermandad. Ante cualquier
atisbo de duda, no se sale. Fuera calentones, fuera decisiones con los ojos
cerrados “porque yo creía”, “porque nos habían dicho…” “porque…” bla, bla, bla.
Las cofradías tienen que velar
- están obligadas - por el patrimonio humano que cobijan: hombres de trono,
nazarenos, niños, bandas de música, los que llevan el estandarte y otros enseres
como pueden ser desde la Cruz Guía o el que enciende, con una caña larga, desde
el suelo la candelería… En segundo lugar, la seguridad (esos que no se suelen
ver) y velan por todos: pienso en el policía con un uniforme o sin él, empapado
horas y horas, sanitarios y auxiliares y así …más y más. En tercer lugar, su
patrimonio artístico. Tallas únicas, enseres y eso que se acumula a través de
los años y que tiene algo que no se ve: se llama pátina del tiempo.
El Rocío estaba en la Tribuna
de los Pobres; el Nazareno de los pasos en el Monte Calvario en el Pasillo de
Santa Isabel…. Se presenta el chaparrón. Los de las sillas huyen a buscar donde
guarecerse. Normal. Habían ido a ver el espectáculo. No lo había. Hasta ahí, vale. Pero y ¿los de la
Tribuna?. Yo pensaba que están allí por lo que representan y por solidaridad con
los que van pasando ante ellos. Hoy desfilas tú, te arropo, yo; mañana mi cofradía
está en al calle y tú estás ahí para darme el calor humano que tanto me gusta…
¡Qué va! pusieron pies en polvorosa. Luego, algunos regresaron y cuando pasó el
trono del Cristo, bajo plástico, había –
a las fotos tomadas desde la tv me remito – algunos puestos ocupados.
Un informe de la Universidad de
Málaga haba de montantes económicos que marean. Casi cuarenta millones de
presupuesto en las cofradías; casi cuatrocientos, de repercusión económica en
la ciudad. ¡Ah! Casi, el cuarenta por
ciento de las cofradías no han contestado a lo requerido por la Universidad.
¿Por qué? Antonio Banderas ha dicho que además
de terciopelos y oros hay que añadir la “S” de solidaridad. Muchas lo hacen…
Otras, y otros, tienen que hacérselo mirar…
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