Valle de la Laciana
Era verano. Valles verdes y mediodía
de sol. En las laderas pastaban vacas de pelo castaño. De vez en vez, bocas de
minas cerradas. El progreso había determinado que se acaban las explotaciones
mineras del carbón…
“Cuando usted vea en el mapa
del telediario la estrellita de nieve, ahí debajo estamos nosotros”. Era un
restaurante de paso. Estaba en Villablino. La chica, muy atenta, amable como
quien tiene la costumbre de trabajar en un par de horas todo el trabajo del día
porque era el tiempo que tenía la gente para la comida…
Yo había subido desde Ponferrada
por las orillas del Sil. Primero, la Laciana; luego, Babia y por el puerto de
Leitariegos busqué Cangas de Narcea. La Cantábrica en toda su expresión. Tierra
de belleza única, tierra de soledad y vida dura.
La vida acaba de dar un palo
enorme. Villablino hoy está en el mapa no porque el hombre del tiempo haya
puesto una estrellita de nieve. No, hoy aparece en los telediarios porque la
muerte ha bajado, otra vez, una vez más al fondo de la mina. Ahora no ha sido
el carbón. Ha sido la búsqueda del grafito que está en las entrañas del carbón.
Ha segado cinco vidas en la mina
de Cerredo. El grisú, otra vez más, el dichoso gas que está allí, que aguarda
solapado que burla los controles. No sé tampoco si estaban activados, si eran
los necesarios o se precisaban más… - no sé, no sé nada. Ha aparecido
declaraciones de vividores del erario público (saben a quienes me refiero) y he
pulsado el mando de apagar el sistema. Esa presunta gentuza ahora viene a hacer
declaraciones y ponen cara de compungidos.
Pienso en las familias. El dolor,
el tremendo dolor que sienten por dentro no habrá desaparecido cuando las
bandera ya no ondeen a media asta y se hayan pasado los días de luto ‘oficial”.
El dolor, el tremendo dolor virará a una soledad y a un vacío que no se va a
llenar de ninguna de las maneras.
El valle seguirá verde en
verano; las vacas pastarán en los prados; en la lejanía cencerras… las campanas
probablemente, una vez más, doblarán a muerto porque la frágil memoria de los
hombres a los que el dolor no les ha desgarrado por dentro, van a seguir pensando
que debajo de la tierra en una mina con otro nombre hay un mineral que nos va a
hacer ricos. El grisú, ni olvida ni pasa. Estará en espera y otra vez, Villablino
o cualquier otro pueblo aparecerá en los telediarios.
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