sábado, 19 de abril de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Vía Lucis del campo

 



Consumatum est’. No, no. Todo no se ha terminado. Ahora empieza…, ahora viene el sentido de todo esto. El ‘porqué’ que no tenía respuesta hasta hace un rato, comienza a alumbrar como un rayo de aurora, de luz, de esperanza que puede, que va a dar sentido…

Dicen que eran sobre las tres de la tarde. El cielo se puso negro, se rasgó el velo del templo, y dando un gran grito expiró… Dicen que entonces, en medio de la tormenta, porque sonó un gran trueno, el centurión dijo algo así como “este hombre era ‘verdaderamente Hijo de Dios…”

José de Arimatea, que tenía poder entre la gente de su tiempo, fue y habló con la autoridad y consiguió que se llevase a cabo el enterramiento aquella misma tarde porque ‘mañana, les dijo, es sábado y ya se sabe lo de guardar el sábado y la Pascua y…..’ Lo consiguió. Envuelto en un sudario, se lo llevó a un sepulcro nuevo que tenía cerca de allí.

Regresaron al cenáculo. Ya caía la tarde, venían de un entierro. Casi todos hemos vuelto alguna vez de un entierro. No hay palabras, sobran sentimientos. Hay una ruptura por dentro que no hay manera de… Ustedes me entienden.

Hablaban entre ellos, se entrecortaban las palabras, los sollozos, los suspiros. María, la otra María, al llegar calentaría un cuenco con leche y se lo acercó a la Madre. Juan, que estaba en todo, le susurró suavemente, “un sorbo Madre, toma un sorbo, te sentará bien”, de un mueble desvencijado sacó un puñado de dátiles de Jericó  y los puso a su alcance…

Comentaban lo de Judas. ¿Cómo ha podido hacer esto? Judas fue ¿traidor o colaborador necesario? Dos mil y pico de años, año arriba o año abajo, todavía no se ha dado la solución a la pregunta.

Noche, noche cerrada y fría. En la calle, a oscuras flotaba algo raro. Atrancada por miedo, la puerta. Estaban cerradas las ventanas. Extendieron los jergones de paja por el suelo. No había luces. En las paredes se agrandaban las sombras que se proyectaban, desde el suelo, la luz tenue, semiapagada – “Señor yo creo, pero aumenta mi fe”- una mariposa de aceite…

Esta mañana bajo un cielo que no tiene la luz de primavera, las abejas liban en las ramas floridas de los ciruelos de la linde. Canta un chamariz entre el follaje tupido del naranjo, vestido de blanco y perfumado con el azahar porque es su tiempo. Ha terminado el Vía Crucis de Pasión; comienza el Vía Lucis del campo…

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