‘Consumatum est’. No,
no. Todo no se ha terminado. Ahora empieza…, ahora viene el sentido de todo
esto. El ‘porqué’ que no tenía respuesta hasta hace un rato, comienza a
alumbrar como un rayo de aurora, de luz, de esperanza que puede, que va a dar
sentido…
Dicen que eran sobre las tres
de la tarde. El cielo se puso negro, se rasgó el velo del templo, y dando un
gran grito expiró… Dicen que entonces, en medio de la tormenta, porque sonó un
gran trueno, el centurión dijo algo así como “este hombre era
‘verdaderamente Hijo de Dios…”
José de Arimatea, que tenía
poder entre la gente de su tiempo, fue y habló con la autoridad y consiguió que
se llevase a cabo el enterramiento aquella misma tarde porque ‘mañana, les
dijo, es sábado y ya se sabe lo de guardar el sábado y la Pascua y…..’ Lo
consiguió. Envuelto en un sudario, se lo llevó a un sepulcro nuevo que tenía
cerca de allí.
Regresaron al cenáculo. Ya caía
la tarde, venían de un entierro. Casi todos hemos vuelto alguna vez de un
entierro. No hay palabras, sobran sentimientos. Hay una ruptura por dentro que
no hay manera de… Ustedes me entienden.
Hablaban entre ellos, se
entrecortaban las palabras, los sollozos, los suspiros. María, la otra María,
al llegar calentaría un cuenco con leche y se lo acercó a la Madre. Juan, que
estaba en todo, le susurró suavemente, “un sorbo Madre, toma un sorbo, te
sentará bien”, de un mueble desvencijado sacó un puñado de dátiles de
Jericó y los puso a su alcance…
Comentaban lo de Judas. ¿Cómo
ha podido hacer esto? Judas fue ¿traidor o colaborador necesario? Dos mil y
pico de años, año arriba o año abajo, todavía no se ha dado la solución a la
pregunta.
Noche, noche cerrada y fría. En
la calle, a oscuras flotaba algo raro. Atrancada por miedo, la puerta. Estaban
cerradas las ventanas. Extendieron los jergones de paja por el suelo. No había
luces. En las paredes se agrandaban las sombras que se proyectaban, desde el
suelo, la luz tenue, semiapagada – “Señor yo creo, pero aumenta mi fe”- una mariposa
de aceite…
Esta mañana bajo un cielo que
no tiene la luz de primavera, las abejas liban en las ramas floridas de los
ciruelos de la linde. Canta un chamariz entre el follaje tupido del naranjo,
vestido de blanco y perfumado con el azahar porque es su tiempo. Ha terminado
el Vía Crucis de Pasión; comienza el Vía Lucis del campo…
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