viernes, 31 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. De las torcas de Antequera al Guadalhorce



                               Desembocadura del arroyo de las Piedras en el Guadalhorce


31 de enero, viernes

 

 - Porque ¿sabe usted?, me dice a modo de pregunta, pero afirma, este arroyo nace en la sierra de Antequera. Es largo y cuando se le hincha las narices, temible…

El hombre es mayor, o sea, viejo. Ligero de carnes como un junco y de poca estatura. Tiene dos surcos hondos en la cara. Bajan de las sienes a casi los maxilares inferiores de ambos lados. Ojos vivos, profundos, de quien sabe mucho y dice lo que quiere y a quien quiere. Su cara está morena de soles y vientos, de eso que llamamos camino de la vida.

- Sí, le contesto, el arroyo de las Piedras. Y ese, de enfrente, le pregunto, mientras alargo el brazo, y le señalo, ¿también vienen de El Torcal?

- No. Ese es el arroyo del Buho. Recoge las aguas “de este lado” de las Cuerdas y de la Sierra de Chimenea…

Hablo un rato más largo con el hombre que se abriga con un blusón azulado; pantalones de los que usará todo el invierno y botas que imitan al cuero de antes. Se abriga el cuello con una bufanda de cuadros. No se le cae el cigarro de la comisura de los labios…

Yo sé, pero no sé lo digo, que el arroyo de las Piedras es el Wadi Nescania de los árabes. Nace en la vertiente norte de la Sierra de Chimenea, en los Prados de Eslava, en las proximidades de los cortijos de Chimenea, Arevalillo y los Álamos que están dentro del término municipal de Antequera.

Atraviesa las tierras de los cortijos de Doña María, la Encinilla, El Chopo, y Checa. Bordea el Valle de Abdalajís al que don Javier de Burgos, en el siglo XIX, cuando hizo el reparto de términos, casi lo dejó sin tierras de labor, y le dio, eso sí, un pedazo grande de sierra caliza.

Sigue -el arroyo- por los Barrancones, Cañón de Álora, salva El Peñón del Negro, tierras de la Huerta de Loja, de la Viuda y Casablanca y desemboca en el Guadalhorce frente a la barriada de Las Mellizas.

 No hay que ser un lince para saber que su nombre actual se debe a la proliferación de cantos rodados que hay en su lecho como consecuencia de la erosión y el arrastre de las aguas. Son cantos kárticos que fueron fondos marinos en el período Jurásico…

Se considera la comunicación natural entre el Valle del Guadalhorce y la Depresión de Antequera. Aparece en el Libro del Repartimiento, finales del siglo XV, como “río de la Piedras” en la delimitación de las tierras que dan en El Chopo a Juan de Aguilar.

 

 

jueves, 30 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Igual, pero diferente


        


                                      Fray Alonso de Santo Tomás O.P.


30 de enero, jueves. Entre los obispos de la diócesis de Málaga desde la toma en 1486 por los Reyes Católicos, en sus vidas y gestiones, los ha habido de todos los palos: santos, buenísimos, buenos, regulares, malos e, incluso, los que no han pisado la tierra de Málaga.

Entre todos, una figura muy peculiar: Fray Alonso de Santo Tomás. Su nombre, Alonso Enríquez de Guzmán y de Orozco. Poseyó el Condado de Castronuevo y el Marquesado de Quintana.

Nació en Vélez-Málaga, en 1631. Oficialmente, hijo de José Enríquez de Guzmán y de Porres, gentilhombre de la cámara del Rey y de doña Constanza de Ribera y Orozco, dama de la reina Isabel de Borbón… La realidad, otra.

El niño era hijo de Felipe IV y de doña Constanza. Sus padres se vieron obligados a casarse de prisa y con grandes recompensas por parte del rey. Se trasladan a Vélez-Málaga. Queda huérfano a los tres años. Lo crían sus abuelos, y al faltar estos, su tío, que también fue obispo de Málaga, Antonio Enríquez de Porres.

La primera gran decisión de su vida la toma en 1646 -tenía 15 años- cuando muere Baltasar Carlos, príncipe de Asturias. El monarca, desolado, hace intentos de legitimarlo y recibirlo en la Corte. Alonso se niega.

Sorprendentemente ingresa, 1648, en la Orden de Santo Domingo (se entiende ahora porqué figura… “de Santo Tomás”) en el Real Convento de Santo Domingo de Guzmán de Málaga, en el Perchel, con el nombre de Fray Alonso de Santo Tomás.

Estudió en Alcalá y Salamanca. Regresa a Málaga como prior del convento. Posteriormente, por obediencia, acepta el nombramiento de obispo de Osma, Burgo de Osma, Soria (no llega a los dos años) y de Plasencia, Cáceres, (poco más de uno) y lo nombran obispo de Málaga.

Lo primero que hace es una visita a la diócesis. En Álora ve el estancamiento de las obras de su iglesia y le da un impulso que casi las concluye; con el Cabildo Municipal estudian como atajar los destrozos de las riadas del Guadalmedina, la construcción de la finca del Retiro en Churriana…

Hombre dadivoso socorrió a la ciudad de Oran, en 1677, arrasada por la peste y a las víctimas del terremoto de 1680. Promovió la fundación del Hospital de San Julián.  Trajo a Málaga a los hermanos de San Juan de Dios a los que entregó el Hospital Real. Convocó un Sínodo diocesano para atajar “abusos, corruptelas y otras costumbres disonantes”.

La enfermedad apagaba su vida. Se traslado a su comunidad dominica de Santo Domingo donde falleció el 30 de julio de 1692 con 61 años. Lo enterraron en “su” convento. Miró al cielo y no perdió de vista la tierra. Uno de los grandes que han pasado por Málaga, igual, pero diferente.


 

 

miércoles, 29 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Málaga, la bella

 

                    Casa Onieva. Arq. Guerreo Strachan


29 de enero, miércoles. Arranca casi en lo que fueron, en su día, las paredes del Puerto. Es la segunda línea de playa. Se hizo de espaldas al mar, porque entre el mar y ella, estaban las vías del tren, aquel suburbano que pasaba por Vélez y llegaba hasta el Boquete de Zafarraya.

La burguesía malagueña del siglo XIX se extendió por la zona. Construyó villas de recreo y veraneo. Era lugar de descanso. Enfrente,  muy lejos, si se  subía, un poco a las faldas del monte san Antón, en el horizonte se divisaba las montañas del Atlas en los atardeceres claros del mes de mayo...

Cuatro avenidas se daban la mano una a otras – como los vagones del tren que pasaba por su suelo – solo que ellas estaban quietas. Reding, Priés, Sancha y Joaquín Sorolla, hasta el mismo Limonar donde se construyeron mansiones. Pregonaban lujo y poderío económico.

Málaga históricamente ha sido una ciudad ‘libre’. No dependió nunca de ningún conde, marqués o duque. Eso tuvo la ventaja de ir siempre a su aire, tan a su aire que incluso le volvía las espaldas a sus propios hijos. La copla popular acuñó: “Adiós Málaga la bella / tierra donde yo nací / fuiste madre para todos / y madrastra para mí”.

Esa carencia de nobleza dueña de la tierra también le privó – tampoco creo que haya que llorar por eso – de una arquitectura palaciega clásica que en otras ciudades han contribuido a darle un aire diferente y, en ocasiones, para pregonar la derrota económica ante la imposibilidad de mantenerlos. Hoy, algunas suspiran por caer en manos de las administraciones públicas o de constructoras que, en algunos casos, en otros no, respetan sus fachadas y aprovechan los interiores para reconvertirlas en sitios de habitabilidad u hoteles de lujo.

La burguesía comercial y empresarial se enriqueció en otros lugares de las ciudad, se expandió  y en ella, posteriormente, bien entrado ya el siglo XX se enriqueció reconvirtiendo la zona en un lugar de belleza. La construcción de un paseo marítimo desde puerto a los Baños del Carmen, la desaparición del ferrocarril, la recuperación de la playa de la que han alejado los colectores y dotada de arena acarreada artificialmente, ha hecho que mire, de nuevo al mar.

No han podido parar la voracidad de la desarrollismo desordenado y especulativo antes de la entrada en vigor de las leyes de urbanismo. Eso ha terminado con edificios de enorme belleza imitadora del secesionismo vienés, del mudéjar moderno, de jardines con verjas y de la influencia francesa. Tampoco han frenado los temporales de levante. Se presentan indefectiblemente, cuando les apetece….

 

martes, 28 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


(Foto de archivo)

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La Sagra está de blanco; Santiago-Pontones, también

 

      


Sierra de la Sagra



28 de enero, martes. Lo ha dicho el telediario. Bueno, el hombre que informa del tiempo en el telediario de Canal Sur. Ha informado que están blancas, o sea cubiertas de nieve las cumbres de La Sagra, Santiago-Pontes, el Puerto de la Mora y Sierra Nevada (ésta, y en este tiempo, como que no es noticia ¿verdad?)


Yo la última vez que anduve por allí era verano – pernocté en Huescar, el de las “Maritoñis” -. Porque no está lejos me llegué hasta el pie de presa que remansa las aguas del río Castril.

 

En Sierra Seca - parque natural arriba - si gustas de eso de las grutas te toparás con la Cueva del Muerto con estalactitas y estalagmitas y con la de don Fernando que dice ser la más profunda y larga de la provincia de Granada.

 

Pinares salgareños, enebros y sabinas trepan laderas y barrancos... Ahora porque es invierno reverencian al fuego y por quince de agosto, a la Virgen... de las Trampas.

 

Volví por donde mis pasos y, a la izquierda, encaré hacia el embalse de San Clemente. Coroné la presa y seguí adelante, para luego, una vez en la otra carretera, tomar una desviación - campos de soledad y esparto cuando te apartas de las sierras - y me llegué al Puente de las Ánimas, que no es más que restos de acueducto del Canal de Carlos III que no llegó a terminarse. Como tantas cosas en España.

 

A mediodía, cuando el sol estaba en lo más alto, un pastor, al borde del camino, retornaba en busca del bocado reconfortador y del sesteo.

 

- ¿Cómo está la carretera, pregunté - para Santiago de la Espada?

 

-  Es estrecha y tiene muchas curvas, y no es mala.

 

Puse tierra de por medio. Me acerqué como quien lo hace a algo mágico y mítico, es decir, como casi con reverencia, a La Sagra. Ahora (era verano) en invierno, y si el día está claro, la verás tocada de blanco; si no, envuelta en la niebla y el misterio. Bien. Ya la tienes enfrente. Es la primera mole de la Subbética y la tercera de Andalucía. Sigue, sigue mirándola, parece como surgida del fondo que sólo una fuerza sobrenatural y telúrica pudo elevarla tan arriba.

 

El paisaje, en verdad, es hermoso. Hoy, parecer sopla de poniente, pero si cuando vayas sopla del norte, como la he visto algunas veces, el cielo va a estar más azul y los pinos más verdes. Las altiplanicies casi desérticas y áridas, y como paisajes lunares se pierden en el fondo del valle. Todo quietud, silencio y belleza… Yo esta tarde la gozo en el recuerdo desde la distancia.

lunes, 27 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Hoy...

 



27 de enero, lunes. Decía Manuel Machado algo así: “el hombre para ser hombre / necesita tres valías: / hacer mucho, / hablar poco / y no alabarse en su vía…” Me atrevo romperla un poco. Permitidme que, hoy, precisamente hoy, hable de mí. (Antes de seguir muchas gracias por tantas cosas bonitas como me decís)

Dice, eso que llaman carné de identidad, que hoy caen 78 años. Un montón de hojillas del almanaque, unas detrás de otras. Si tuvieran que separarlas, como aquello de los “buenos y los malos” pues en el primero un montón, enorme; de lo segundo, ni me acuerdo.

Uno, dado a hurgar en los papeles viejos, echa manos al recuerdo. De ese cúmulo de hojas saco:  Siglo XVII, el primer Morales censado es Salvador de Morales “el Viejo” (¿1674?) natural de Málaga casado con María Tomasa del Rosario Campo. En 1718 aparece empadronado en la calle de la Parra de Álora.

A caballo con el XVIII, Salvador de Morales Zambrana (h. 1674 – 1732) de profesión maestro tejero, casado con Ana de Robles. Salvador de Morales (h. 1705 – 1735) y Francisco Salvador de Morales (h. 1733 – ?).

En el XIX Antonio Morales Sánchez, segundo alcalde Constitucional en 1813, casado con María Sánchez Díaz. José Morales García (1842-1883), casado Antonia Morales Morales.  Su lápida es la más antigua del cementerio de Álora. Tengo su fotografía. Era mi bisabuelo. José Morales Morales (1878-1964), casado con Ana Pérez García.

En el XX, José Morales Pérez (1912-1949), casado con Francisca García Morales… Es el árbol genealógico por línea de varonía. Continúa Ana Belén Morales Rivero, Ignacio Sánchez Morales. Suma y sigue…

Hoy, mi entrañable amigo Jaime Rittvagen me ha puesto un vídeo de felicitación. Ha tomado la música de Suspiros de España que escribió Antonio Álvarez Alonso en una cafetería de Cartagena. La letra – de lo que me ha enviado Jaime – no sé de quien es. Dice así: “Quiso Dios / con su poder/ fundir con cuatro rayitos de sol / y hacer con ellos una mujer / y al cumplir / su voluntad / en un jardín de España nací / como la flor en un rosal…”

Esa mujer era mi madre. Sin ella... Dios, mío sin ella todo lo que ha venido después, imposible. Por ley de vida ni ella ni mi padre están ya aquí físicamente; de la otra manera, de esa que vive dentro de cada uno de nosotros siguen vivos y estoy seguro porque a todos nos pasa igual, le hablamos, les contamos, les decimos…

A todos cuantos la vida, de una u otra manera, ha puesto en el camino de vida, gracias, muchas gracias. Ah... Las rosas de hoy tienen destino, se entiende ¿verdad?

domingo, 26 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Calle Andrés Pérez

 




 Calle Andrés Pérez. A la der. Iglesia de las Catalinas


26 de enero, domingo. Es lo menos que se vende en calle y quizá lo más que puede darse en ofertas (no hay portal que no tenga un comercio original y moderno con ofrecimientos que asombran). Comunica la Palza de los Mártires con calle Carretería. Es estrella, lóbrega y umbría. No entra el sol y se dan la mano los balcones. Tiene embrujo, ese aquel que la hace diferente y, en cierto modo, superviviente a desamortizaciones y guerras. Salvada de la piqueta que casi la mira de reojos por lo poco que puede sacar de ella.

Si se entra por Carretería, la iglesia de las Catalinas, dice de una Málaga que ya no es. O sea, de aquella de conventos de monjas, de misas tempraneras y de campanas que llamaban a los oficios religiosos; de la que forma un dédalo de calles por las que perderse en un laberinto del que siempre se sale y se disfruta de todo lo que regala.

La iglesia de las Catalinas es un edificio del siglo XVIII proyectado para una vida conventual. Fue durante mucho tiempo sede canónica de la Cofradía de Viñeros de enorme poderío económico antes de la filoxera que destruyó el cultivo, arruinó la economía e hizo que mucho de todo aquel emporio pasase a los libros de Historia.

Rosario Camacho en su Guía Histórico-Artística de Málaga dice que su barroco es ‘depurado’,  aunque asimila maneras y formas del rococo. Destaca su austeridad y no tiene la frialdad del neoclasicismo. ¿Se entiende ahora eso de “mas en menos” que me gusta tanto utilizar?

Las madres dominicas llegaron a Málaga en 1720 se instalaron al otro lado del río – el Guadalmedina, aquí está muy cerca – en la calle de la Puente, en la ermita de la Aurora. En 1759 recibieron una donación de unas casas y trasladaron allí su convento, en 1789. Han permanecido allí hasta hace muy poco que como consecuencia de los tiempos que corren la Comunidad ha cerrado sus puertas.

Casi a la entrada de la calle - siempre dirección a la Plaza de la Mártires-   una tienda de antigüedades, ofrece una mercancía sumamente original y de enorme calidad. Se rotulan como la Casa del Cardenal en recuerdo del arzobispo de Granada José Moreno Monzón que nació en ella en 1850. Fue, también Patriarca de las Indias y Senador en la corte del Rey Alfonso XII. La edificación es prototipo de la arquitectura malagueña del siglo XVII…

Hay otros comercios, multitud de ofertas y variantes de todo lo que pueda pensar,  pero si usted es amante del helado no pase de largo por Casa Mira. No es mal amigo quien aconseja…

 

sábado, 25 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora.

 


                    Gallinero de Soria. 


25 de enero, sábado. La Sierra de los Filabres, en Almería; Tierra de Campos, en Palencia; Las Hurdes, en Cáceres; El Señorío de Molina de Aragón, en el Alto Tajo, en Guadalajara; las Merindades, en Burgos; Las Cuencas Mineras, en Teruel; la Comarca de Oncala, y, al otro lado, conforme se baja hacia el Cidacos; Las estribaciones  de la Sierra del Alba, en las Tierras Altas de Soria...  Y suma y sigue.

Todas ellas son España. Asientan en sus suelos pueblos en la agonía de sus vidas. Se quedan sin población, o sea, esperan su muerte. En un pueblo sin habitantes la desaparición llama a la puerta. A eso denominan unos la “España vaciada”; otros, la “España, vacía”. La verdad que no sé dónde está la diferencia.

Benitagla (50 hab); Escobar de Campos (33); Ladrillar (90); Torremocha (6); Tobera (23); Salcedillo (11); Villarroya (3), Estepa de San Juan (13 ); Gallinero de Soria (86)…. Aquí, también, hay un suma y sigue. Las cifras cambian de un día para otro. La edad de la población manda y en días fríos de invierno pues… “Verde y con asas”.

Muchas - diría que todas -, de esas comarcas las he recorrido. En algunos de esos pueblos he hablado con el abuelo que estaba, sin esperar a nadie junto al pilar de la fuente. Aguardaba con quien hablar. Siempre hay un hombre.... Es de lo más gratificante que uno trae de un viaje. Los viejos casi siempre están solos. Necesitan que se les hable. Con tal de dar un poco de hilo a la cometa vuela y vuela. Se va a alturas insospechadas. Podría contar tantas y tantas cosas. Salvo excepciones…

En un lugar pregunté cómo ir a un determinado pueblo:

- “Aquí, me contestó, los caminos los hacemos para las bestias y para nosotros”

Entendí que estorbaba. Saludé cordialmente y ahuequé el ala. Cuando viajo, en cambio, por las tierras de Almarza, saco, en la distancia mis buenos modales y, cordialmente, saludo a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en Gallinero. Quizá fue lo último que vio mi antepasado (mi ‘García’ es el suyo) cuando en la mediación del XVIII se vino de allí hasta aquí…

- Hasta luego, digo. Y sigo ruta, porque yo nunca digo, adiós. Tonterías que tiene uno en la cabeza… ¡Ya ven!

Hace unos días, leía sobre un pueblo, primo hermano, de todos los que se asientan en los lugares por donde corren los mismos vientos que barren las cumbres del Calar Alto. Decía el artículo que su nombre, difícil de pronunciar, es de origen bereber, Benitagla, y significa “hijos de la tribu de Tagla”. Por cierto, nunca he estado allí. La tardanza es la mala…

viernes, 24 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Bambas

 




24 de enero, viernes. Es, por ahora, el último libro publicado, Donde habita la memoria de Antonio García Barbeito Ed. Almuzara 2024. Recopila una selección artículos, 104. Hace un repaso a eso que llamamos vida.  Una obra soberbia. De las que hay que tener para ir venirse, de vez en vez, y echarle un riego al alma, la que está en el “almario”.

 Copio de Bamba:

“Al recordarlas, sin querer, en la boca me asoma una coplilla: ‘Bamba se dice en mi pueblo, / y en otros sitios, columpio, / y en Álora, meccero…” El término aloreño de bamba lo conocí por mi amigo Pepe Morales, como tantas otras cosas.  En Álora (….) amarran una soga a la pared, en altas ventanas o balcones y mientras tiran de los cordeles para mecer a la afortunada, cantan unas tonadas propias, casi siempre interpretadas por mujeres, que piropean a las muchachas que vuelan en la comba de las soga”.

(…)  “Para llamarlas columpios, prefiero llamarlas mecceros como en Álora. Me admira el sonido de esas dos ‘es’ juntas, cuasi arrastradas al hablar, mejor cuasi mecidas en la curva de la voz: me-ce-e-ro… cuasi cantadas (….) que bien suenan las coplas de la tribu en la voz de una muchacha que sepa cantar y sepa, además, echarla a volar, que no la sujete en la boca, tratando de volver a la garganta… No, echada, al vuelo dejándola libre en las veras de los palos, la soga, los cordeles, que se remonte en el vuelo… La niña que está en la bamba / quiere subir hasta el cielo, para coger una estrella y ponérsela en el pelo….”

“Si yo pudiera, mi querido Pepe Morales hermanaba tu pueblo con el mío con lazos de soga de bambas…. o de meceeros. O con un musical lazo de coplas, de tu tribu y de la mía, o con una porfía de los que tiran de los cordeles para mecer, a ver quien la llevaba más alta, un año en tu pueblo, otro en el mío... Por este tiempo ya andaban los jóvenes comprando sogas y pidiendo palos para sembrar de bambas plazas y corralejas, calles anchas y cortinales. Y cuando el carnaval se encendiera de fiesta, que maravillosa sensación de vacío, querido Pepe, el de las muchachas agarradas a los ramales, en aquel ensayo de primer vuelo de la mejor edad para volar… Ay, amigo Pepe, tus meceeros y mis bambas”.

Ante esto solo caben dos palabras, o mejor, tres: Muchas gracias Maestro.

jueves, 23 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cosas veredes, amigo Sancho

 

 


Villanueva del Rebollar de la Sierra. Al fondo, la sierra de Segura (1.080 m.)


Vaya, de entrada, que nunca he estado en Villanueva del Rebollar de la Sierra… por ahora. Anoche, daba vueltas sobre qué escribir en el artículo de hoy. Todo está revuelto. Llegan noticias discordantes. Hace falta algo de ‘aflojatodo’ que quite tensión. Me encuentro con un pueblo, Villanueva del Rebollar de la Sierra. Tiene casi tantas letras (30) como vecinos (48).

Me entero que hasta mitad del siglo XVII se llamo solamente Villanueva; desde 1646 a 1910, le agregaron “del Rebollar”; y partir de ahí… de la Sierra. El nombre define las señas de identidad. Era una villa nueva, o sea de reciente nacimiento cuando comienza su andadura en los mapas y de ahí el nombre; luego, le agregan lo del Rebollar (primer apellido) por la vegetación imperante y, posteriormente, el segundo para que sepamos donde se asienta: en la Sierra….

Esto tiene su explicación. Muchos pueblos en España tenían el mismo nombre. La confusión, servida. En 1910 la ‘autoridad’ competente decidió ponerle distintivos para diferenciarlas con otros de igual nombre. Así por ejemplo: Castilfrío. ¿Cuál de ellos? “de la Sierra” o “de los Arroyos”…

De ésta, me dice que está a 72 kilómetros de la capital, en el curso del río Martín, afluente del Ebro por la derecha, que su clima es templado (habrá que indagar que se entiende en Teruel por “templado”) y que viven de la agricultura y ganadería (brota en mí un sentimiento de complicidad y compasión).

Allí nació Basilio Tomás Sancho Hernando o Basilio de Santa Justa y Rufina (1728, Manila 1778). Estudió en Daroca y Zaragoza, andando caminos llegó a Manila (Filipinas) donde murió, unos días antes de su traslado como arzobispo de Granada después de un montón de líos con los jesuitas… Está enterrado en su catedral ¡Podre hombre, tan lejos de su tierra!

Existe otra Villanueva del Rebollar -tampoco la conozco - menos letras (21) y más habitantes (67) - en Tierra de Campos, tierra que a mí me atrae tanto, a 34 Km. de Palencia. Perteneció al I conde de Paredes de Navas, Rodrigo Manrique. Hasta ahí, como que casi igual, pero se da el caso que el tal Rodrigo fue el padre de Jorge Manrique.  Paredes de Navas y Segura de la Sierra se disputan el ser el lugar de su nacimiento. Escribió las Coplas a la muerte de su padre. Entró con pie propio en la Historia de la literatura española….

Está claro que el rebollo, árbol de la familia de los robles, es la vegetación predominante, en ambas dos. Es larga, por otro lado, la lista de las Villanuevas. Nos encontramos con Villanueva del Arzobispo, del Trabuco, de la Serena, del Rosario, de Algaidas de..  y así, suma y sigue.

 

 

miércoles, 22 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día


 

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Virgen de la Paz

 

 



22 de enero, miércoles. Luis Álvarez Duarte nació donde maduraba el limonero en un patio de la infancia de Antonio Machado; luego, su hermano Manuel remató un poema. Escribió… Y Sevilla. Y no dijo más. No hacía falta.  Era 1950;  se nos fue en 2019.

Nació en una tierra de arte, del mar  a Sierra Morena.  De aquí son, también, Lorca e Hinojosa, Juan Ramón y Alberti, Cernuda y Altolaguirre… Barbeito, Montesinos, Alcántara – los más cercanos – y  Góngora…

Aquí nacieron Rafael, “El Gallo” y Manolete y Ordoñez… Marifé, y Rocío y doña Juana, que cantó que Sevilla se tornó una tarde de amarillo porque era así y porque  lo habían escrito Quintero, León y Quiroga, sobre el papel del pentagrama:   “Silencio por la ‘muerte de un torero”, Joselito, hermano de Rafael, hijo de la Señá Gabriela y sobrino de la Rita… y otros, otros toreros. De la orilla del río Grande salieron Curro que paraba el tiempo en el capote y Morante, que dijo lo que era una “media”…y Pepe Díaz, vaquero de Miura, que paraba a los toros cdelante del peto del caballo, aunque a ellos – acompañaba a Chicuelo II que era de la Iniesta, Cuenca,  los paró la muerte, en un accidente de aviación en las cercanías de Jamaica…

Bajo este cielo nacieron Martínez Montañés y Ocampo, Pedro Roldan y su hija, la Roldana, y otro Pedro, Pedro de Mena, que dejó en la madera la espiritualidad del “poverello de Asís”, y Alonso Cano, Murillo, Velázquez y un tal Pablo de apellido, Picasso. (Un día, un grupo de paisanos de Málaga lo visitaban en el sur de Francia. Se desencadenó una tormenta… ¡Pablo los cuadros! – se secaban al sol, en la puerta… - “No importa, contestó, no están firmados”.

Manuel de Falla nos dijo que era el Amor Brujo y Antonia Contreras nos lo regaló con su voz; Benito Moreno puso poderío y Caracol y Camarón… y Juanito Valderrama (ya habrá hecho su Primera Comunión en el altar del cielo que prolonga en sus sombras, los olivos); y Sabina de voz de aguardientosa; Antonio Molina pregonaba por Huelin donde la mar de Málaga es… ¿qué quieren? No hay más espacio.

De aquí son Santas Justa y Rufina; San Ciriaco y Santa Paula; Santa Ángela de la Cruz y San Manuel González…

Álora, dentro de unos días, va a venerar a la Virgen de la Paz, en el Día Escolar de la Paz, el 30 de enero. Ese día, en 1948, asesinaron a Mahatma Gandhi. Predicó la no violencia…. Álvarez Duarte talló una Virgen morena, de ojos grandes… La han bajado, del Calvario, a la iglesia de la Vera Cruz. Yo, esta mañana le he rezado y le he dicho que eche una mano. Se necesita.


 

martes, 21 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cipreses




21 de enero, martes. Miguel Delibes, con La sombra del ciprés es alargada,  publicó una de las grandes novelas del siglo XX. Al principio, él no estaba muy a gusto con aquel trabajo excelso. No sabía que entraba con pie propio entre los grandes de nuestras letras. (Cervantes, Galdós, Baroja y Delibes…)

José María Gironella, fue un escritor de moda en el franquismo. En París escribió en Los cipreses creen en Dios. Gironella buscó en allí lo que la España de posguerra no le daba aquí.  Era una obra más, de lo mucho – con distintos gustos – que se ha escrito sobre la Guerra Civil española, pero no, no va por ahí la cosa.

 Giovanni Papini vivió en Florencia. Florencia es la capital de la Toscana, la ciudad de los Médicis, el Puente Vecchio y Santa María di Fiori. En la Toscana los caminos están salpicados de cipreses. Son cipreses de campiña. Los bambolea el viento que riza las lomas de trigales y amapolas en primavera. Quieren, y no pueden, arañar el cielo. Son los mismos que Papini reflejó en sus relatos. Aún no había escrito la Vida de Cristo

A comienzos de los años sesenta, un cura periodista estaba por Roma. El periodista se llamaba José Luis Martín Descalzo. De aquella experiencia salió la crónica del Vaticano II que no publicaban los periódicos del tiempo: Un periodista en el Concilio. Decía José Luis que Roma era la única ciudad de mundo donde los cipreses no son tristes…

En las ciudades conventuales y pienso ahora en Antequera, en Avila…, los cipreses apuntan a lo más alto.  Sobrepasan las tapias de los cenobios y le echan un pulso a las espadañas y a los campanarios. No se asustan cuando tocan a maitines con el alba las campanas de los conventos. Me quedo con estos cipreses…

Mañana de cielo azul y limpio. Salgo al camino. Los cipreses apuntan a lo más alto; en la lejanía sobre los Lagares cabalgan unas nubes blancas…

 


lunes, 20 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitacora. Tarde de lluvia

 

 


20 de enero, lunes. Es invierno.  Es enero. Dicen que media España está bajo la nieve; la otra, bajo el manto de la lluvia. De mediodía arriba comenzó a caer mansamente, con suavidad, como quien pide permiso y pregunta ¿puedo?

Un soneto de Borges dice que “la lluvia ciega los cristales”. Aquí, en la lejanía del silencio, la lluvia empapa el alma en un día de tinte especial. Ha cambiado el sol que transita por cielos limpios y sin nubes por otro que se ha entoldado de gris. Las nubes lo esconden ¿lo esconden o lo acurrucan? A lo mejor estas nubes de color indefinido es la manta que, esta tarde de un día de tiente especial, ha cogido el sol y se las ha echado por los hombros.

Parece que todos los días, algunas veces, son iguales a otros que antecedieron. No, no es así. Los días pueden ser iguales. Las almas, según que día, tienen una predisposición para muchas cosas. El alma se entrega y cuando la impotencia atenaza, entonces se deja llevar como el sol que esta tarde se ha acurrucado debajo de las nubes. Ella se echa en manos de quien sabe que tendrá la caricia oportuna…

Hay un repiqueteo de gotas que bajan por los cristales de la ventana. Van a dar en el alféizar que las espera. Las contempla. No les dice nada, pero las deja estar para que se tomen un descanso, un respiro necesario. Traen mucho camino recorrido y no sabemos ¡cuánto! desde que fueron vapor de agua en el mar y, luego, condensadas, gotas misteriosas.

El campo, receptor, del bien que recibe esta tarde a modo de lluvia y que pedía con insistencia, aunque, eso sí, con algo de miedo porque ya se sabe, algunas veces se deja venir con una fuerza que no se espera y causa daños y siempre dolor y pena y todo eso que conlleva en ocasiones, el campo, decía, está también precioso.

Me vuelto, otra vez, al soneto de Borges… “La mojada / tarde me trae la voz , la voz deseada, / de mi padre que vuelve y que no ha muerto”. Hay días, como hoy, como este de enero que ha superado la mediación, que tienen un tiente especial.


domingo, 19 de enero de 2025

Un hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Los Llanos..., aquella tierra de infancia




19 de enero, domingo. El niño sabía que los trenes para los que vivían junto a la vía eran el reloj que marcaba el tiempo. Casi nunca venían a su hora. Daba igual. Temprano, a primeras horas, bajaba el mixto; poco después, el Express. El mixto era un tren de pobres, venía de cerca. Quizá por eso, el niño cuando se hizo grande lo siguió escribiendo con minúsculas. El Express, de ricos. Venía de lejos, de Madrid. Igual de distante que ahora, pero entonces Madrid estaba más lejos.

A mediodía subían los correos. Hubo un tiempo que había dos. El primero paraba en todas las estaciones; el segundo, no. Solo en las importantes. El niño sabía que su pueblo era importante porque paraban los dos correos.

Entre el paso de ambos la gente de Los Llanos interrumpía la faena del campo para comer. Por la tarde, cuando bajaba el primer correo, se merendaba. El segundo, se sabía que tenía que venir, pero nunca, la hora.

Casi de noche subía el mixto y con noche cerrada el Espress. Entre medio, había otros trenes: el rápido; el pescaero, el automotor… El niño disfrutaba mientras había luz por las huertas salpicado por el caserío. Iba a las casas de otros niños que eran sus amigos. En las tierras se sembraban hortalizas o se cultivaban cítricos.

Los Llanos lindan al Norte con el arroyo de Paredones, al Este con el río Guadalhorce, al Sur con La Noria  y al Oeste con la carretera que une Álora con las barriadas de Las Mellizas, Caracuel, Bermejo y El Chorro.

De sierra de Aguas por el oeste baja el arroyo del Claverino hasta el río. En tiempos de tormentas, al encontrar el obstáculo de la vía férrea originaba - y origina - grandes inundaciones.

Es una zona de depresión. Altas temperaturas en los meses de estío; en invierno (enero-febrero), muy bajas. Las escarchas hacen que la tierra amanezca con un mantoncillo blanco. Se disipa cuando calientan los rayos del sol. Las heladas afectan a los cultivos, árboles y frutos, periódicamente.

En los meses de verano, el niño se bañaba en el río. Solo había una prohibición. Nunca se podía hacer en la nerisca de Lería porque había remolinos… También estaba prohibido cruzar la vía por cualquier parte y como el paso a nivel no tenía guardabarreras, el niño llamaba desde el otro lado de la vía y desde la casa salía alguna persona mayor para autorizar el paso…

El libro de Amillaramiento, Riqueza Rústica, recoge que Leonardo Navarro Pérez poseía una huerta en dicho partido, según escritura pública otorgada en 28 de febrero de 1897.

 

sábado, 18 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gamones

 



De izq. a derc. en el horizonte, calizas: El Torcal, Sierra de las Cabras, Camarolo Alto, El Chamizo y Peña Negra...; en primer plano, Sierra de las Fiscalas (alpujarride)

 

18 de enero, sábado. Tiene muchos nombres. Los más conocidos, ‘Varitas de San José’ y gamones. Cuando aparecen en un lugar con abundancia, le dan, incluso, el nombre. Un pago rural de Álora se llama “cortijo de gamonales”.

Florece en tierras de composición alcalina. Aparecen, de modo natural, de Gibraltar a los Balcanes. Serrat a la genista le daba casi idéntico territorio a lo largo de toda la orilla del Mediterráneo, en este caso de Algeciras a Estambul…

 El gamón tiene dos floraciones: Una adelantada si lo permite la climatología. Aparece, como la flor del almendro en invierno, solo que un poco más tardía. Anuncia que se su mano viene ya la primavera. A San José se le representa con Jesús de la mano y en la otra sostiene una varita florida.

Una segunda, en  uno de los meses duros del estío, en agosto. Entre las gentes del campo existe la leyenda de según aparezca la floración, al igual que la de la esparraguera, será a modo de premonición, cómo se comportará el otoño que está por venir.

La mitología griega decía que era la planta que alfombraba los Campos Elíseos. Se la conocía como los Prados asfódelos. Su importancia en el mundo de los muertos era muy considerable. Según el padre Homero, en la Odisea, dice que allí iban los muertos que no merecían ni premio ni castigo. Algo así como el limbo que acuñó el cristianismo.

Según qué autor clásico ponía como guardián de aquellos prados a algún personaje venerado. Píndaro y Hesíodo ponen a Cronos, dios del tiempo y a quien se representaba con una hoz o una guadaña en su mano; Homero, a Radamantis al que da el cargo de juez que juzgaba a las almas de los muertos que llegaban al prado.

Los griegos situaban los Campos Elíseos en el confín del océano. Para unos era una sucesión de islas – ‘islas afortunadas’ que no tienen nada que ver con las Canarias – o una sola isla a dónde llegaban  las almas de los que había terminado su tránsito en la vida.

En las tierras de España a los gamones se les da diferentes usos. En León se emplean como alimento de cerdos; en algunas partes de Salamanca como materia que, prendida, da luz a los candiles; en el Campo de Gibraltar como tratamiento fungicida y en Ubrique, la Sierra de Cádiz, a modo de pirotecnia, en fiestas populares que se celebran en mayo…

Esta media tarde bajaba desde las faldas de El Torcal. A mis espaldas, las Sierras de las Fiscalas, la recién nacida cañada de Valsequillo, la Sierra de las Cabras, el Camarolo Alto, el Chamizo, la Cruz Negra… En las veras del camino, gamones. En tierras de sembraduras apuntaban los trigos; por el cielo azul, de paso, las nubes…

 

viernes, 17 de enero de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora.

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mirar y...


                                           


 

17 de enero, viernes. “Entre el mirar y el ver se queda el viento”. Lo decía el maestro Alcántara. El maestro decía tanto y tanto… que uno, a pesar de releerlo muchas veces, siempre encuentra algo que, no por conocido, deja de deleitarse.

Esta mañana amaneció con nubes por el cielo. Eran nubes altas, blancas. Esas nubes - lo disimulan -  vienen con carga de agua dentro, igual que las yumberas, cuando había chumberas en los lindes, tenían cargadas las pencas con chumbos y con espinas, espinas largas y punzantes que salían de dentro pero las yumberas no lo disimulaban.

Les digo, que esta mañana, debajo de las nubes que caminaban despacio, estaba echado el campo. Se le veía a gusto, generoso. El campo tiene en esta mitad de enero un manto verde precioso. Las sementeras  rompen la concha de la tierra. Piden un rocío de agua. Es ese empuje de vida que lo llevará, poco a poco, arriba para que todo sea un canto a la vida.

El viento tenue, tan tenue, que realmente estaba quedado, o sea quieto, Nada se movía. No había pájaros en las ramas. Como ha estado nublado toda la noche tampoco había escarcha en las veras de los caminos. Esos caminos que cuando lleguen abril se vestirán de margaritas y florecillas sin nombre y alcauciles para que luego los jilgueros picoteen sus alcachofas cuando por junio estén secos por el rigor del verano que empieza.

Ese viento antes cuando los barcos navegaban a vela empujaban la embarcación y se movía en el azul de la mar. Cuando se echaba, cuando se estaba quieto, como esta mañana, la gente decía que había calma chicha…

El campo habla de muchas maneras. A modo de susurros, en la media distancia, desde la lejanía. Siempre habla. Solo cabe acercarse a él y abrir los sentidos. A veces, como esta mañana habla con un silencio suyo, tan suyo y tan propio que solo lo tiene el campo.

El silencio del campo siempre será de otra manera y de vez en cuando puede que lo rompa el zumbido de una abeja que acude a libar atraídas por el color de una flor. En algún momento será el canto de un pájaro o el sigilo con que se mimetizan los animales… Pero el campo, en siempre nos lo va recordar que entre el mirar y el ver se va quedar el viento.