6 de noviembre, lunes. Una
tarde de cirros dorados después de un día ventoso. Se va el sol, sin bulla,
sobre un mar de olivos que doblan las ramas ahítas de aceitunas verdes…
- ¿No decían, algunos, que este
año el aceite ha subido de precio porque no hay cosecha? Me dice mi
acompañante…
- Decían…. Pero eso es en otros
sitios. En estos olivares de Rute, en medio de la Subbética, parece como que
no…
Llegamos a la puerta de un
edificio nuevo. Autobuses llenos de viajeros.
- ¿Del Imserso?
- No tienen pinta. Como tú y
como yo, de pueblo.
Dos aparcacoches. Ya se sabe,
“dos mejor que uno”, ¿pero eso no era para el consumo de plátanos? Que aquí
hemos venido a un museo que dicen que es un Belén de Chocolate – no piense
nadie mal – chocolate del que se derrite en taza, caliente, del que ‘arregla’
el cielo de la boca.
En serio. Sacamos las entradas.
La primera visita, en el primer piso, a una sala cofrade. Muestran imágenes de
El Cautivo, la Virgen de la Cabeza, la Virgen del Carmen, la Macarena, el Gran
Poder… Todas delante tienen un cartel informativo. Dicen del tiempo empleado en
su realización y de la cantidad de materia prima empleada. De música de fondo: Caridad
del Guadalquivir. Paco Lola y Juan José Puntas, la han puesto de moda en lo
que va del XXI. A mí, me encanta…
En la planta baja uno no sabe
si se las adentra por Alsacia o si de un momento a otro va a escuchar esas
campanadas del Bing Ben que anuncia que viene otro cataclismo. ¿Otro? Habrá más
cataclismo que ver a la Casa Real, esa que quieren defenestrar - ¡y están en
ello, algunos! ¡en chocolate! o al Papa
(lo han hecho en chocolate blanco, no es para menos) o Manolo Escobar, Rocío
Jurado o Juan Imedio… ¡Qué dulce todo! ¿Verdad?
En un rincón, un Misterio, de
los de antes. De los que tienen a San José, ese señor tan mayor y con barbas y
a la Virgen, ¡tan jovencita! Y al Niño… “Dime Niño de quién eres …” El Niño no
me ha dicho nada, pero seguro que se lo ha pensado. Éste, no se ha dado cuenta
que soy de… chocolate. Y es que hay gente que no se entera.
Antes de salir, leo en un
testero: “No solo hacemos pasteles; hacemos ilusiones” Y ustedes que lo digan y
no decaigan en el intento, por favor.
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