7 de noviembre, martes. Ha saltado la
noticia. Una pareja que dicen llamarse ecologistas han atacado a martillazos el
cuadro de Velázquez, La Venus del Espejo. El cuadro – que ya sufrió con
anterioridad otro acto vandálico hace muchos años - se exhibe en la National
Gallery de Londres.
Dicen los ‘artistas’ autores del destrozo
que lo hacen porque quieren protestar contra el cambio climático. Se ve que en
la mente ¿obtusa? (por calificarlo suavemente) de los dos delincuentes, la
Venus, el cuadro, y Velázquez que murió en 1660 deben de tener una gran
culpabilidad en la situación actual del mundo.
No están de acuerdo, tampoco, con las licencias
que ha concedido su gobierno para nuevas extracciones de petróleo. Desconozco
si los beneficios que obtienen de ese petróleo repercute en su manera de vivir
y a la aportación que me imagino que debe ser descomunal y que ellos hacen a la
sociedad de la que se benefician.
La Venus del Espejo está considerada
como una de las grandes obras del maestro sevillano (por cierto, ¿tendría
nacionalidad histórica, esa de la que tanto se presume por algunos lares?).
Algunos críticos consideran que Velázquez pintó el cuadro en su segundo viaje
Italia. Allí conoció a Jenifer Montagu con quien el pintor tuvo un hijo y la
tomó como modelo de la excepcional obra.
El realismo del cuadro rompe con otras Venus
pintadas en el Renacimiento y que tomaban como referencia a la diosa prototipo
de la belleza en la mitología griega que se tuvo como modelo en aquella época.
Velázquez pinta a la diosa con forma de mujer,
desnuda, posando de espaldas al espectador. Refleja su rostro difuminado en un
espejo que están al fondo del testero. En uno de los laterales, en el izquierdo
conforme se mira, aparece la figura de Cupido, dios del amor, en la misma
corriente mitológica.
El cuadro, según algunas informaciones que han
trascendido, estaba protegido por un cristal de gran grosor que no le quitaba
belleza pero que a tenor de la agresión se ha demostrado que era insuficiente
para servir de parapeto al odio de algunos a los que habría que dar de baja en
la relación de seres humanos y encuadrarlos en las de los primates – si es que
no es una ofensa para esos seres – o en alguna otra similar.
Ante estos hechos, y otros muchos que se ven a
diario, uno se hace muchas preguntas. No obtiene respuesta. ¿Ustedes la tienen?
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