9 de
septiembre, viernes. La noticia ha saltado a la prensa. Casualmente
preparaban una finca para sembrar aguacates en las cercanías del río Guadiana
entre Ayamonte y Villablanca… La cosa así pues no deja de ser una sorpresa
agradable pero lo que más asombra es la cantidad: superan los quientos menhires…
Los menhires son piedras de
gran volumen hincadas en la tierra, de modo vertical y que servían como lugares
funerarios (todas las culturas han rendido respeto a sus muertos) y entre los
monumentos funerarios estos, los menhires eran los más asequibles. Sorprende la
cantidad. Supone la presencia de una gran población. Hablan que puede ser el
mayor de Europa.
Dicen los arqueólogos que
pueden datarse entre el VI y el III milenio antes de Cristo (sin contar los
años bisietos, claro) , y viene a constatar la presencia del hombre en aquella
zona que hoy, por mor, a que los tiempos cambian que “es una barbaridad” han
salido a luz de manera casual.
El aguacate es un fruto subtropical
que vino de América. Desde hace unos años su cultivo se extiende de manera
imparable en la Península Ibérica. No es muy exigente en la calidad de los
suelos, pero sí pide buena climatología y agua. Huelva se las ha ofrecido y la
casualidad ha dejado patente dos cosas: una, la presencia del hombre allí hace
miles de años y segunda, tenemos – cuando digo, tenemos es un eufemismo – un
patrimonio arqueológico impresionante.
Desde hace un tiempo, en Burgos,
en Atapuerca, periódicamente, nos sorprenden con nuevos hallazgos de los pasos
que ha dado inexorablemente la humanidad. Ahora le ha tocado a un punto,
cercano al río Guadiana, donde casualmente salta la noticia agradable.
Los expertos tienen ahora un
trabajo precioso por delante. Vendrán los momentos de clarificar el hallazgo,
de clasificarlo y de ponerlo a disposición, ordenadamente, por supuesto, de
quien quiera ir a visitarlos y de quien quiera estudiarlos (eso de estudiar a
lo peor ya no está tan de moda).
De entrada, han abierto una
oferta en la zona para posibles ávidos de conocimientos y su correspondiente
chorreo económico que a la larga va a ser más productivo para la zona que las
seiscientas hectáreas de aguacates. Y, sobre todo, y pienso que para quien
quiera reflexionar, lo más importe es saber que el hombre ya estaba allí…
Pepe, He leído tu intervención y me gustaría tener más noticias de este descubrimiento, pues la arqueología es uno de los temas que me interesan. Muchas gracias.
ResponderEliminar