1 de
septiembre, jueves. El 12 de noviembre de 1931 se estrenó en
Madrid, en el Teatro Pavón, la revista musical Las Leandras, con música del maestro Alonso y letra de Emilio
González del Castillo y José Muñoz Román. Caló hondo en el público de aquella
época. Sobre todas, dos piezas: El Pichi
y Los Nardos”. Su repercusión aún perdura.
El pasodoble ‘nardos’ hace una descripción castiza de
la florista que vende la flor más sensual por una de las calles principales de
Madrid: la Calle de Alcalá y el encuentro con un personaje hoy desconocido y
olvidado, “el gomoso”… Un diálogo
sabroso y picante, pone el resto.
Celia Gámez, la protagonista, controvertida,
seguida o vilipendiada, según qué orilla y qué tiempo. Su vida privada estuvo
llena de escándalos. Unos reales, otros inventados. Su éxito en el musical, la
llevó a estar siempre en primera línea. De hecho, su interpretación de “Nardos”,
en Las Leandras fue considerada por
los sectores ultras como una provocación.
Francisco Alonso nació en
Granada. Inició los estudios de Medicina, pero la ‘disección’ lo apartaron de
la carrera y se dedicó a la música. Primero, a la Zarzuela; después, a la
música de variedades. Su entierro, desde la calle Sagasta de Madrid donde vivía
hasta el cementerio, fue multitudinario.
Compuso cuplés para La Goya o Pastora Imperio, pero Las Leandras – y la consagración de Celia Gámez – su gran obra.
González del Castillo era
empleado de los ferrocarriles del Estado, pero su gran pasión fue el teatro
para el que trabajó denodadamente, y al que aportó además, otra obra excelsa,
Katiuska. En palabras de Sorozábal era “un
hombre de gran sensibilidad y un gran poeta”.
Muñoz Román, colaboró con él
asiduamente. Natural de Calatayud, empleado de Correo, hizo grabar como epitafio
“E.P.D” (Escribió para divertir) A su muerte fue propuesto como hijo predilecto
de su pueblo, pero el Concejo Municipal consideró que “quien había dedicado su
vida a tales frivolidades, no era digno de tal honor”
Los nardos están considerados
como la flor más sensual. Se siembran en primavera y florecen durante todo el
verano, pero llegan a su máximo esplendor en el mes de septiembre. Su color,
blanco. También los hay rosáceos y azules. Se consideran oriundos del Himalaya
o de México, según que variedad y en algunos lugares los llaman, también, “varitas
de San José” confundiéndolos con la flor del gamón…
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