Doña Concha Piquer llevó al éxito
una copla de Quintero, León y Quiroga, o sea lo más granado para contar
historias de amores imposibles, donde la inocencia cae en las garras del
gavilán avispado en presas fáciles. La Niña
de Puerta Oscura se cantó en muchas gargantas célebres: Imperio de Triana,
Rocío Jurado, Diana Navarro…
Pero Puerta Oscura es también el
nombre de los jardines – reminiscencia
oriental, luz, aire, aroma y paisaje - que ocuparon la coracha marítima que
bajaba desde la alcazaba alta hasta la orilla del mar. De aquella coracha
pintada por tipismo no queda nada, como tampoco quedó de las viviendas
paupérrimas que ocupaban la zona.
Según las crónicas, la coracha
marítima, o sea la muralla que protegía, a ambos lados el camino que llevaba
dando protección hasta el mar, tenía ocho torreones. En el siglo XIX ya solo
quedaban tres y, posteriormente, ninguno. Allí se construyó el Museo Municipal
con exceso de piedra vista que pretenden salvar los desniveles, no obstante,
las superficies acristaladas del Museo les confiere unas vistas esplendidas
sobre el parque y el puerto.
Desaparecieron también la muralla
y la zona una vez derruidas las construcciones que se habitaron hasta el siglo
XX. Allí murió Salvador Rueda un día lluvioso de primavera. El excesivo barro
no permitió la entrada a los pocos asistentes al entierro. La zona se ajardinó
y se le dio el nombre de paseo Juan Temboury – con quien Málaga tiene una deuda
de gratitud porque fue realmente quien restauró la alcazaba – que une el túnel
de Puerta Oscura con el Paseo de Reding, antiguo Camino de Vélez.
Los jardines, tanto los que
cuelgan descendiendo desde el monte como los que se construyeron junto al
ayuntamiento, son pura belleza, colorido y exuberancia, aunque hay épocas del
año en que su conservación con la aparición de malas hierbas entre los arriates
de la rosaleda (hay variedades que no existen en otras rosaledas de Málaga),
dicen de su descuido.
El Ayuntamiento les dio el nombre
de Jardines de Pedro Luis Alonso, diferenciándolos de los Jardines de Puerta
Oscura que son los que trepan por el monte, pero el pueblo acepta a toda la
zona con el nombre de Jardines de Puerta Oscura. En su centro, tuvo el voladero
de una pajarera que era la atracción de los niños. Hoy ya no existe, pero sí un
lugar romántico y recóndito.
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