sábado, 24 de julio de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Los Lagares

 

 

                                


Con ese nombre se conocen también a los montes que, en sentido decreciente, desde El Torcal se extienden entre las cuencas de los ríos Guadalhorce y Guadalmedina. En ellos confluyen los términos municipales de Cártama, Pizarra, Almogía y Álora.

Están surcados por numerosos arroyos (Bujía, del Comendador, Cansinos, Corrales, Morales, Pedro la Torre, Ancón…) correntías, y cañadas. Lo accidentado del terreno provoca grandes erosiones y arrastres de tierra fértil en épocas de lluvias, que suelen descargar torrencialmente sobre todo en los meses de otoño. Dan impresión de ser tierras de gran aridez y poca productividad.

En sus cumbres, de elevación media y valles profundos, parece que no hay suelo fértil. En tiempos remotos estuvieron cubiertos por bosques de encinas y matorral mediterráneo, quedando una pequeña muestra de alcornoques en Santi Petri (Almogía).

En su formación entra “una pizarra arcillosa, gris, azulada y rojiza según los gres de descomposición y los diversos óxidos metálicos que la tinturan. Deben su nombre – Lagares – a la proliferación del cultivo de la vid, que posteriormente daba lugar al piso de la uva en el lagar y la obtención de vino y mosto de una calidad excelente. La plaga de la filoxera terminó con el cultivo de la vid en el siglo XIX. Se sustituyó por el del almendro, hoy casi marginal por la orografía, por la llegada de nuevas variedades y por el excesivo coste de producción que no lo hace rentable. Dentro de una economía de subsistencia, el olivo injertado sobre acebuche, tiene una presencia notoria con ejemplares centenarios y dignos de aparecer entre los libros de ejemplares únicos.

Los Reyes en 1502 en Cédula dada en Sevilla, pretendieron proteger el cultivo de sus viñedos y consideraron a estas tierras “que para pan no son” como excelentes para el cultivo de la vid, almendros, olivos e higuerales y encinas que sirvieron de base para la dieta invernal.

Almacari, historiador y geógrafo del siglo X, nacido en Tremecén,  quedó admirado de sus colinas plantadas de viñedos e higueras y dio información de cómo eran la vida y, sobre todo, los cultivos de esta zona del Sur de Andalucía. No se sabe si él la conoció personalmente,  o si la información que aporta, es por referencias que había recogido de otros viajeros.

En la tierra de Lagares nacieron los Verdiales… “En el arroyo Rabanero, /el dinero es el que pita, / se echa una novia un obrero, / viene un rico y se la quita”. ¡Ahí queda eso!

 

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