Ya está aquí. Ha llegado pasada la cinco de la
tarde. No ha tenido en cuenta los versos de Federico. “A las cinco de la tarde.
/ Eran las cinco en punto de la tarde…” Aquellos versos anunciaban algo muy
trágico y muy duro. La muerte de Ignacio Sánchez Mejías… Aquí, por supuesto, se
ha anunciado otra cosa.
Los que saben de estos asuntos dicen que hoy es el
equinoccio de otoño – el otro, el de primavera, en marzo – donde los días
tienen la misma duración que las noches. Comenzamos el camino donde la noche,
poquito a poquito, acorrala la luz. Vamos algo así como un bullying contra
ella.
Reculará cada tarde - por las mañanas tendrá algo de
pereza para salir - hasta que allá, por
diciembre, le presente cara y diga que hasta aquí hemos llegado y esas cosas.
Entra un tiempo que dicen que es de melancolía y tristeza con soles dorados que
ponen las tardes de otros colores.
Como hay tanto espabilado suelto he leído que ya –
hoy en algunos sitios han superado los 30º
centígrados y si eso es otoño que baje Dios y lo vea - la gente siente el ‘cansancio propio de la
estación’ y que algunos tendrán que pasar por el especialista para que les
ayude a superarlo.
Pienso en los gañanes de manos encallecidas. Se
echaban al campo con las primeras luces del alba, llegaban a la besana y
comenzaban el zurcido de surcos, uno junto a otro, sin camellones ni
almorrones, uncida la yunta y paso lento y otra vuelta, amelga más o menos…
Es tiempo de sementeras y trigos a voleo y una banda
de pájaros detrás del arado, y siempre
mirando al cielo que, por cierto, avisan que vendrá parco en lluvias y generoso
en calores. Vamos, lo contrario de lo que pide el campo por estas fechas.
Aceitunas arrugadas, otoñada tardía…
Tienen hecha las maletas los pájaros de emigración. Hay
otra emigración; viene en sentido contrario. El Mediterráneo no sabe de cambio
de estaciones. Cada día es un cementerio más poblado bajo el azul de sus aguas…
Ahí, hay bastante menos poesía, y tanta tragedia como en los versos de
Federico.
Un texto muy suculento para los amantes de las letras adornadas y de los versos con requiebros. Me gusta!
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