Eres eso, y algo más. Eres ese sentir que no sabemos
por qué ni cuándo un día apareció dentro; eres ese viento fresco que sopla en
las tardes de agobio veraniego cuando el calor aprieta y el sol hace chiribitas
y se forman remolinos que corren locos sin que nada, ni nadie los contenga.
Eres eso que apareció de niño y crecía y crecía. Colección
de estampitas pegadas con gachuelas en un álbum de tapas gruesas. Siempre había
una que se resistía; siempre había una que los pícaros comerciantes no sacaban
al mercado y por más viajes al quiosco de María, “la del Guerra”, nunca estaba, porque nunca llegaba…
Eres la
ilusión de ‘rabonas’ en clase y aquella primera tarde con entrada regalada, por
supuesto. El muchacho subía los peldaños y se asomó por la bocana y, entonces…
entonces aparecía un mundo verde y nuevo. Los que vivíamos en el pueblo no lo
habíamos visto nunca.
Eres parte del puñado de ilusiones que se acercaba a
la capital una tarde de domingo. La
excursión, organizada; nosotros, como quien va a la feria, y luego, ¡ay, luego, a la vuelta, porque como siempre, por
en medio, se andaba uno ‘de los grandes’,
el regreso… “¡de la feria!”.
Eres parte de aquella aglomeración que te subía en
volandas. Y llegabas y estabas de pie y lo aguantabas todo: frío, lluvia,
calor, viento y… así, así se fueron pasando los días de eso que llamamos
tiempo.
Y unas gotitas de alegría; demasiados contratiempos:
subidas y descensos. Frustraciones como sorbos de acíbar… Y vimos, también,
luego... noches de focos potentísimos – colocados
en las cuatro esquinas del campo - y figuras prolongadas, en sombras, que no se
estaban quietas…
Han inaugurado una exposición. Recuerdos; setenta y
cinco paneles. Parte de esa historia nos queda como fuera del alcance; es
memoria. La otra… ¿la otra? Esa otra es nuestra porque la hemos vivido juntos.
Me quedo con el día que sonó el himno reservado a
los privilegiados. La megafonía lo llenaba todo. Me
acordaba de mi amigo Fernando Espíldora; yo lloraba como un niño. Ahora
– como siempre mucho humo de verano – parece que sopla un viento revuelto. Tres
nombres: C.D Málaga; At. Malagueño; Málaga CF…. Da lo mismo, tú eres eso, todo
eso, mucho más que eso: tú eres sentimiento.
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