Lo dejó escrito Juan Ramón Jiménez: “como los
hombres tristes, siendo tantos, cada uno solo”. Dicen los que estudian
sociología que la soledad es una de las enfermedades calladas más importante de
los finales del siglo XX y los comienzos del XXI…
Dicen, también, que se muestra por síntomas de
tristeza y desilusión, desencanto. Va a más; raya con la depresión. Los
gobiernos son conscientes de la realidad que avanza. A partir de los sesenta
años aumenta el número de hombres y mujeres que no tienen con quien compartir
sus días. Todo es una rutina en la sucesión de fechas del calendario…
Hay varias clases de soledades. La buscada. Pasajera,
necesaria y, en cierto modo, imprescindible para la creación en los distintos
campos del arte o la realización personal. Dicen que es la más efímera, y por
consiguiente un canto de ida y vuelta.
La soledad en compañía se ve en las grandes
concentraciones de masas. Ejecutivos comiendo solos un bocadillos en un banco
de la calle, en la sombra o al sol - depende de la estación del año – del parque, en la ‘cocinilla’ de la oficina.
La soledad entre miles de espectadores en un campo de fútbol…
Hay otra soledad. Es más puñetera. A muchas personas
un viento brusco les segó parte de su vida. Todo cambió. La casa se hizo
grande, los amigos se fueron yendo, los hijos vivían, lejos, en otras ciudades,
los amigos…
La señora del pan ve que cada mañana compran menos
pan. La de la frutería y la cajera del supermercado observa cómo el carrito no
va tan lleno; el del bar ya no lo ve con asiduidad de antes; el camarero del
restaurante…
La estadística sube con una velocidad alarmante. Los
porcentajes crecen y crecen. En algunos países los gobiernos – en el nuestro,
no; aquí, están ocupados en otros menesteres – se preocupan. Han creado, ya
rizando el rizo, una unidad de bomberos. Acuden a los domicilios para
‘examinar’ el riesgo de incendios.
Dicen que no
es cierto. La información la tienen por la estadística. Buscan censar a las personas que viven solas
pero palpando su realidad en la que están inmersos. Soledad, soledad… El New
York Times ha publicado un informe demoledor. No hace falta que lo diga el
periódico. Si se abren los ojos….
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