Viaje relámpago a Madrid. Hago
hora para el tren. Esto del AVE tan rápido es un visto y no visto que permite ganar tiempo
incluso cuando no se tiene. Un paseo por el Centro, un ir por la calles de
siempre, pararse donde siempre… Sigue en obras la línea 1 del Metro…
Paso por la Casa del Libro, en la
Gran Vía. Me compro lo último que tienen de Pla, y otras cosillas de las
golosinas que nos gustan a los que somos aficionados a hurgar en estos sitios. De
Gregorio Morán me cojo: El cura y los
mandarines.
En la librería de viejo del
Pasadizo de San Ginés, esquina con la calle del Arenal, encontré, Historias de una taberna de Antonio
Díaz-Cañabate. Llevaba tiempo tras su búsqueda. Me dio una gran alegría por
reencontrar a dos amigos: a la obra y, al autor.
Tomo un taxi para ir a la
estación. El tren sale puntual. Como no puede ser de otra manera. Mi amigo
Barbeito cuando se mete conmigo y me provoca me dice que tengo puntualidad de
AVE… Cosas del Maestro.
En el tren abro el libro; le echo
un vistazo. Tiene sabor, esencia, enjundia y casticismo. Como los vinos buenos
- y va de taberna - hay autores que no pierden con el tiempo. Puede sonar a
tópico. No es el caso.
A don Antonio lo ‘conocí’ cuando
compraba aquellos libros de, a cinco duros, que RTVE puso en marcha para
aficionar al personal a lectura. Yo me las andaba, entonces, por la Escuela Normal. Cinco duros era
mucho dinero y uno fue comprándose la colección con el sacrificio propio de
quien estaba a la cuarta pregunta.
El tren cruza raudo tierras
resecas. En La Sagra, la gran estación de ‘reparaciones’, o sea, de
mantenimiento como se llama ahora, modernamente, a estas cosas, hay estacionados un puñado de trenes; el campo
está traspillado. Esta tierra toledana tiene tanta sed como otras tierras de
España.
Ponen una película. Algunos
viajeros miran por la ventanilla. Hemos cruzado el Tajo, va camino de Lisboa.
En el horizonte de la tarde se recorta Toledo. Cuanta historia y cuantos
contratiempos encierra esta ciudad en sus piedras…El tren cruza los campos; yo,
a lo mío…
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